
Exportadores piden claridad al Gobierno sobre riesgos y beneficios de ingresar a la Ruta de la Seda
El presidente Gustavo Petro, desconociendo las amenazas de Donald Trump, dice que Colombia adherirá a la Ruta de la Seda.

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Ante la intención del Gobierno Nacional de adherirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, también conocida como la Ruta de la Seda impulsada por China, el gremio exportador colombiano ha elevado una voz de alerta. Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), expresó en entrevista con Mañanas Blu su profunda preocupación por la falta de información, transparencia y evaluación estratégica en torno a esta decisión, la cual podría tener implicaciones económicas y geopolíticas de alto alcance para el país.
“Nos han notificado, no nos han convocado. Vamos a adherir a la iniciativa, pero no sabemos eso cómo se come, qué implica”, cuestionó Díaz.
Publicidad
En la entrevista, Díaz destacó que Colombia no cuenta con una estrategia clara para aprovechar una eventual apertura comercial con China, país al que actualmente solo se exportan materias primas como petróleo, carbón y níquel. A diferencia de los tratados firmados con EE.UU., donde existió una preparación multisectorial, el ingreso a la Ruta de la Seda se estaría haciendo sin consulta ni participación del sector privado.
“Cuando negociamos el TLC con EE.UU. hubo mesas de trabajo, preparación del sector productivo, y una estrategia de país. Aquí no ha pasado nada de eso”, afirmó.
Según Díaz, la economía china, centralmente planificada, plantea desafíos significativos, especialmente en lo que respecta a la competencia desleal debido a subsidios estatales y manejo de tasas de cambio.
Publicidad
Uno de los aspectos más sensibles señalados por el presidente de Analdex tiene que ver con la capacidad de Colombia para aplicar mecanismos de defensa comercial, los cuales podrían verse comprometidos en caso de firmar acuerdos con condiciones similares a las de otros países de la región que ya hacen parte de la Ruta de la Seda.
“Chile y Perú no pueden considerar precios de terceros países para evaluar subsidios. ¿Vaya consiga usted una factura en China para demostrar un subsidio?”, explicó con preocupación.
Además, el dirigente gremial advirtió que sin un análisis riguroso de las implicaciones comerciales, Colombia podría perder autonomía frente a una potencia económica que ya ha generado un déficit comercial superior a los 14 mil millones de dólares con el país.
Publicidad
Aunque la magnitud del mercado chino —más de 1.400 millones de personas— representa un atractivo evidente, Díaz considera que Colombia no está en condiciones de abastecer ese volumen de demanda, especialmente en el sector agroexportador, debido a limitaciones estructurales en la producción y a la inviabilidad jurídica de consolidar unidades productivas eficientes.
“¿Vamos a producir en minifundio para surtir a China? Eso es imposible. Y la ley que permite juntar unidades agrícolas familiares duerme en el Congreso desde el acuerdo con las Farc”, criticó.
La falta de políticas de Estado a largo plazo para fomentar la agroindustria y el desconocimiento de los hábitos de consumo chinos —como la preferencia cultural por productos específicos— son otros obstáculos señalados por Díaz.
Publicidad
Más allá de lo económico, el contexto internacional añade una capa de complejidad: Estados Unidos, principal socio comercial de Colombia, atraviesa una tensa guerra comercial con China. Según Díaz, este no sería el mejor momento para alinearse estratégicamente con el país asiático.
“No arranquemos sin conocer la novia firmando el acta de matrimonio. Primero hay que irse a vivir juntos”, dijo, usando una metáfora para ilustrar la urgencia de un análisis previo antes de cualquier decisión.
Publicidad
En opinión del líder de Analdex, la adhesión a la Ruta de la Seda solo sería viable si viene acompañada de un acuerdo comercial formal que reduzca los aranceles para productos colombianos, pero también asegure un acceso real a ese mercado.
“Necesitamos un acuerdo que nos baje los aranceles para vender en China, pero que nos garantice acceso, que nos abra puertas reales”, concluyó.