Este año la Universidad Nacional tiene un presupuesto de 1,7 billones de pesos. 60% del total lo entrega el Estado y el 40% restante son recursos propios, sin embargo, tiene un vacío de $60.000 millones para temas de funcionamiento, que a su vez, afectan proyectos de investigación, semilleros y otras iniciativas de la universidad. Esto en lo que queda del 2018.
La rectora, Dolly Montoya, le envió un mensaje al Gobierno: las universidades públicas necesitan tener certeza sobre la cifra del presupuesto anual que, en opinión de Montoya, debería ser en el presupuesto nacional de cuatro puntos sobre el IPC.
El presupuesto de las públicas crece cada año, de acuerdo con el incremento del IPC, pero ese indicador por sí mismo es muy bajo. Por eso Montoya pide cuatro puntos más, además de que exista una verdadera política de Estado que consolide cada año un valor exacto para que las universidades puedan planear qué otros recursos deben conseguir por su cuenta.
La rectora dejó claro que este no es un momento para subir los precios de las matrículas a los estudiantes: “La misión histórica de la universidad es darles la posibilidad a los estratos 1, 2 y 3 que puedan acceder a educación superior, y eso no debe cambiar”.
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En las últimas semanas los estudiantes de las públicas, especialmente en Bogotá, han salido a marchar porque aseguran que no hay recursos suficientes.
Montoya también le pidió al Ministerio de Educación que la Nacional pueda participar en la formulación del programa que va a remplazar a Ser Pilo Paga.
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La ministra María Victoria Ángulo anunció el fin de este programa porque dijo que las necesidades son diferentes y los recursos pocos. El objetivo es estimular la inversión en las universidades públicas a partir del mérito de los estudiantes.
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