La historia de Rubén Acuña Galeano, exalcalde municipal de Contratación, Santander, parece increíble. Según se conoció, el exmandatario utilizó el poder que tenía para que su hija cumpliera con los requisitos exigidos por ley para el programa ‘Ser pilo paga’, con el cual se financiaba hasta el 100% de la matrícula durante todo el proceso académico de pregrado.Por su actuar, la Procuraduría General de la Nación sancionó con destitución e inhabilidad general por once años al exalcalde del municipio de Contratación, pues se pudo determinar que extralimitó sus funciones.“El Ministerio Público confirmó que el funcionario influyó intencionalmente para que su hija cumpliera con los requisitos exigidos por ley para el programa “ser pilo paga”, por tanto, solicitó a la funcionaria Mayerlin Bautista Triana incluirla en el Sisbén y excluirla del núcleo familiar del servidor público. De esta manera, la joven accedió al crédito educativo condonable para costos de matrícula y sostenimiento, debido al programa del Gobierno Nacional y promovido por el Ministerio de Educación para fomentar la excelencia académica, el cual está dirigido a menores de bajos recursos económicos”, se lee en el informe de la Procuraduría.Según se conoció, en febrero de 2016 la hija del exmandatario recibió los beneficios del programa por una cantidad aproximada de $40 millones desde el Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (ICETEX).Para el ente disciplinario, no hay duda de que Rubén Acuña Galeano vulneró los principios de moralidad e imparcialidad que rigen la función administrativa. Incluso, la Procuraduría Provincial de Juzgamiento de Bucaramanga calificó la conducta de Acuña Galeano como “falta gravísima, a título de dolo”.Cabe resaltar que los hechos ocurrieron en 2015, cuando Rubén Acuña Galeano estaba terminando su periodo como mandatario municipal.Le puede interesar:
Alejandro Gaviria, el elegido por Gustavo Petro para liderar el Ministerio de Educación, habló en Mañanas Blu sobre los retos que tendrá que afrontar en esa cartera, sobre todo, en temas de gratuidad en educación superior y el Icetex.Gaviria señaló que hay una realidad presupuestal ya conocida y que con esta espera, además de educación gratuita para todos los estratos, continuar y ampliar los subsidios de manutención.“Hay recursos asegurados 2022 y una intención en presupuesto de 2023, y eso no solo incluye la gratuidad, sino también, para un porcentaje importante de estudiantes de las universidades públicas, un subsidio de manutención”, dijo.Frente al tema del Icetex, el excandidato presidencial afirmó que tuvo una extensa reunión para identificar los desafíos, de los cuales destacó: “Identifiqué dos desafíos de corto plazo importantes: hay un conjunto de beneficiarios del programa Ser pilo paga que, por alguna razón, en tercero o cuarto semestre no pudieron seguir estudiando. Esos jóvenes hoy en día tienen deudas impagables, ahí toca ver los mecanismos jurídicos para una condonación de esas deudas. Eso lo quiero hacer en el primer mes”.En ese sentido, agregó que para aquellas personas que con créditos en el Icetex culminaron sus estudios, pero por distintas razones no consiguen trabajo, se debe buscar alivios más generosos que los del pasado.“Otros jóvenes se endeudaron con el Icetex, terminaron su educación superior, pero las realidades laborales los llevaron a no conseguir trabajo; ahí toca buscar alivios, extensión de los plazos, medidas más generosas del pasado”, indicó.Gaviria manifestó que, si bien el sector público es la principal preocupación del ministerio, debido al déficit estructural, también se debe conocer qué está pasando con la educación privada para evitar el cierre de instituciones: “Es algo que tenemos que evaluar en detalle”.
La crisis que ocultan algunos estudiantes que se beneficiaron del programa 'Ser Pilo Paga' hoy en día empieza a cobrar factura. Lo que empezó como una oportunidad de vida para muchos jóvenes del país que querían estudiar, para 6.956 terminó siendo una pesadilla completa.Blu Radio conoció el caso de Catalina Hodgson, una joven de San Andrés y Providencia quien en el 2016 logró ser beneficiada del programa del gobierno Santos: ‘Ser Pilo Paga’, para estudiar en Bogotá en una universidad privada la carrera de derecho.Lo que ella y sus padres no sabían es que esa oportunidad se convirtió en una crisis de depresión por el cambio drástico que tuvo al irse a otra ciudad y sin la garantía de un acompañamiento psicológico. En un momento, pasó del calor de la playa y la compañía de su familia, a un apartamento frío con subsidio del Estado y completamente sola.“Dejar todo tirado atrás, dejar todo lo que conoces atrás para moverte a una ciudad tan grande como es Bogotá, con un contexto cultural muy diferente es complicado. La soledad me pateó de una forma que hasta entré en depresión”, le dijo Catalina a Blu Radio.Uno de los debates que generó el programa, desde su comienzo, fue si era conveniente sacar de sus ciudades a los mejores bachilleres para traerlos a las grandes universidades, en contextos socio culturales y económicos muy diferentes y, aunque la mayoría de los beneficiarios lograron terminar, un considerable número de estos enfrentó preocupantes prácticas de discriminación y acoso en las universidades.“El impacto más grande que tuvieron los estudiantes fue en el tema de la adaptación económica, social y cultural. Fue un gran problema que un muchacho de provincia viniera solo a Bogotá a estudiar en una universidad privada en donde sus compañeros van a ser completamente diferentes. Además, se presentaron casos de bullying”, mencionó Carlos Mauricio Lopera, director del Observatorio de la Universidad Colombiana.Una de las alternativas que encontró Catalina después de casi tres años de estar estudiando derecho, una carrera que por las condiciones terminó odiando, era acabar con su vida porque sabía que le iba a quedar una deuda grande con el Icetex, ya que no quería acabar con sus estudios.“Yo dije: bueno, una de las formas en la que pueden condonar la deuda es sí la persona se muere. Yo dentro de mi tragedia y mi depresión pensé en no querer más esto para mi vida y no le iba a dejar a mis padres, como 100 millones de pesos en deuda con el Icetex”, explicó.Según las cifras del Observatorio de la Universidad Colombiana, de los 39.363 estudiantes matriculados en la historia de 'Ser Pilo Paga’, 6.956 estudiantes no terminaron el programa. Esto es casi el 18 %.“A la fecha, el Icetex tiene adelantados procesos de cobro del crédito a 4.052 estudiantes, porque un requisito de pagarles la carrera era que la terminarán, si no, se deberá devolver el dinero que el Estado invirtió”, añadió Lopera.Por el bien de Catalina y su familia, ella decidió irse a Estados Unidos con otros familiares a buscar trabajo y poder pagar la deuda que está en más de 80 millones de pesos. Ahora trabaja de bartender, gana lo suficiente y su plan es estudiar allá administración hotelera y turística: una carrera que si ve como proyecto de vida.Le puede interesar:
Un grupo de jóvenes, quienes se beneficiaron con el programa Ser Pilo Paga y que se graduaron en 2019, denunciaron que la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales, Dian, les notificó que deben declarar renta de ese año, fecha en la que el Icetex les condonó el 100% de la carrera universitaria.Cristian Beltrán fue uno de los beneficiados y contó que algunos de sus compañeros del programa Ser Pilo Paga “ni siquiera tienen trabajo ni dinero para pagarle a un contador para que les ayude con la declaración de renta”.“Hicimos el trámite de condonación con Icetex y la Dian luego nos notificó que debemos hacer declaración de renta, no lo sabíamos y nos sorprendimos porque nuestros recursos no son altos (…) Cabe aclarar que no se paga impuestos, pero toca buscar el contador que nos haga el trámite y en esta situación tan dura económicamente algunos no pueden asumir eso”, dijo el joven.Blu Radio consultó a la Dian que informó que los estudiantes de Ser Pilo Paga deben declarar renta porque, pese a que hayan recibido un ingreso del Estado, la entidad debe contar con esa información.Sin embargo, fueron enfáticos en decir que los jóvenes beneficiados no tienen que pagar absolutamente nada de impuestos en la declaración de renta.
Esta semana el rector de la Universidad de los Andes, Pablo Navas, publicó una columna en el diario El Tiempo con sus impresiones frente al programa sustituto de Ser Pilo Paga, Generación E. Le puede interesar: ¿Qué diferencia hay entre ‘Generación E’ y ‘Ser Pilo Paga’? “De los 10.000 estudiantes que recibía el sistema de educación superior al año a través del programa Ser Pilo Paga, se recibieron este año solamente 2.700 en el programa sustituto, denominado Generación E”, escribía Navas en un texto en que calificaba el hecho como una “verdadera tragedia”. En diálogo con El Radar de BLU Radio, Navas aclara que la columna, pese a ser una dura crítica al Gobierno Duque, “más que dura es triste” y dice que su intención no es “criticar al actual Gobierno, entre otras, porque la educación de un país no es un tema de Gobierno”. “No estoy defendiendo al Gobierno actual, yo estoy es trayendo a la mesa la realidad de que habíamos logrado buscar un esquema en el cual le estábamos dando la oportunidad, por primera vez en la historia, a personas brillantes que pudieran escoger a qué universidad ir”, explicó Navas. En ese sentido, recuerda que “el programa 'Ser pilo paga', en el que había unos recursos que le prestaban a los estudiantes, el estudiante escogía a cuál universidad ir” y en esa medida “el estudiante recibía esa plata prestada y pagaba la matrícula de la universidad”. Por eso, dice que “para la Uniandes fue lo más importante que nos ha podido ocurrir”, en referencia al programa Ser Pilo Paga, en cuyo primer corte, con 10.000 pilos, “3.000 se querían inscribir a la Uniandes”.
Un mes después de haber iniciado el semestre, cuatro mil estudiantes beneficiarios del programa estatal Ser Pilo Paga en Barranquilla, aún no han recibido el auxilio de sostenimiento que Icetex debe otorgarles para su transporte y alimentación durante el semestre. Dicha ayuda debe ser consignada una vez comiencen las clases y según Rony Ruz, representante de los estudiantes en la región Caribe, esto no ha ocurrido. “Con la renovación del crédito, ellos automáticamente saben que el estudiante va a iniciar el semestre y hacen el desembolso a los estudiantes. Hubo también retrasos al momento de las matrículas y eso supongo que habrá afectado”, manifestó Ruz. Lea también: Ser Pilo Paga, uno de los temas que tocó Uribe en foro por Colombia en Barranquilla “Todos los canales de acceso a la comunicación con ellos fueron cerrados, ya las paginas oficiales no se están utilizando, no nos dan respuesta y ni siquiera nos dicen si hay fecha de desembolso”, relató el estudiante. Hay que recordar que el auxilio semestral para los jóvenes que viven en la ciudad es de un salario mínimo. Los que habitan en el área metropolitana reciben 1.5 salarios y quienes deben desplazarse desde los municipios son auxiliados con cuatro salarios mínimos.
El Instituto Alberto Merani lleva treinta años apostándole a un modelo de educación diferente al tradicional. Sus alumnos no tienen un currículo basado en las materias que estudian los demás millones de niños de los colegios de todo el país. La filosofía del Merani es explotar los talentos de cada joven en particular. “Si un niño es bueno en piano, no tiene sentido que pase la mayor parte de su tiempo tratando de reforzar matemáticas, en lo que probablemente no sea tan bueno. Lo que hay que hacer es explotar su talento. La educación no debe ser pensada para aprender, sino para encontrarle a uno un proyecto de vida”, dice Julián de Zubiría, el director del Merani, que lleva el pelo blanco por las canas y tiene un tono profundamente pedagógico. Vea también: Barranquilla, segunda ciudad con mayores estudiantes beneficiados con ‘Generación E’ De Zubiría es uno de los referentes en los temas de educación no solo en Colombia, sino en la región. Ha asesorado al Gobierno de Ecuador y al de Perú, y su instituto tiene, en cada uno de los edificios por donde uno camina, placas y reconocimientos que dan cuenta de una experiencia que transformó la vida de sus estudiantes. Habló con BLU Radio sobre el momento actual del paro estudiantil universitario y sobre los que considera los principales problemas del modelo de educación preescolar, básica, media y superior. Este es un momento crítico para el país en los temas de educación. El Gobierno asegura que no hay recursos y se está generando en Colombia un movimiento que no se veía probablemente desde los tiempos de la Mane, ¿usted cómo ve ese movimiento? Yo creo que el país tiene que escuchar a sus jóvenes. Estos son muchachos muy reflexivos y con muy buenos argumentos que han hecho todo lo posible para que la marcha no se les salga de las manos. Creo que el Gobierno se demoró mucho en convocarlos y sería muy grave que no se dé cuenta que, si se pierde el semestre, todos perdemos. Implicaría que 650.000 jóvenes de este país perdieran el semestre, que los nuevos admitidos de las 32 universidades del país tengan que aplazar su entrada a la universidad. Tanto Gobierno como estudiantes deben entender que se está acabando el tiempo. Esa afirmación de que no hay recursos tiene un problema muy grave. ¿Por qué entonces hay 5,8 billones para Generación E? Pero, el Gobierno ha dicho que para Generación E son cerca de tres billones en los cuatro años, ¿por qué dice que cinco billones? No. Teres billones son solo para uno de los programas de Generación E. En total, según lo que la ministra ha explicado, son 5,8 billones. Es una plata muy importante y eso reúne la prometida en el acuerdo con los rectores. Generación E tiene tres programas. El primero es una propuesta de campaña que es muy interesante porque es gratuidad para estratos 1 y 2. Pero si uno lo revisa con cuidado, las cifras no salen por ningún lado. Ellos hablan de 330.000 estudiantes y hablan de 1,2 billones. Si usted supone que son 10 semestres le da que por cada estudiante por cada semestre la plata presupuestada es de $ 430.000. En ningún lugar del planeta usted puede esperar que un semestre cueste eso. Y, además, detrás de esto está una idea de educación virtual que es muy discutible. Los jóvenes de estratos 1 y 2 vienen con una educación muy mala, y sería inviable enviarlos a educación virtual. El Gobierno ha dicho que Generación E no tiene nada que ver con Ser Pilo Paga, ¿usted lo ve así? No. Generación E revive Ser Pilo Paga, y el problema es que sobre ese programa no hay documento. Uno tiene que guiarse por las declaraciones de la ministra y del presidente. Están reviviendo Ser Pilo Paga, pero no lo pueden llamar igual. Son 16.000 estudiantes y con todas las cifras a uno le da un valor muchísimo más bajo que el de Ser Pilo Paga que dio un total de $22.000.000 por estudiante. En este caso, en Generación E el dato que a uno le da es cercano a $6.000.000 por estudiante. El problema es que estos estudiantes se van a transferir a la educación privada. No es fácil de explicar; si usted le dice a una persona que le ofrece dos ponqués, pero uno cuesta $120.000 y el otro $10.000, las personas siempre van a escoger el más caro, y dicen sobre el más barato que no les gusta, aunque los ponqués sean los mismos. Si usted pone a escoger a una persona entre medicina en la Universidad de Los Andes en donde el semestre cuesta $26.300.000, y medicina en la Universidad Nacional que puede costar $40.000 o $60.000, por semestre para estrato 1 y 2, la gente se va para Los Andes. Los estudiantes han sido enfáticos en el tema de recursos, pero, ¿ese es el problema de la educación en el país? No. Yo le he dicho a los jóvenes que el tema no puede ser solo si les transfieren o no los recursos. Pero aquí hay que empezar por decir que no es verdad que los gobiernos hayan invertido mucho en educación. En 1992 se creó la comisión de sabios y en ese momento el país invertía 4,2 % del PIB en educación. Hoy, 24 años después, estamos invirtiendo 4,5 %. Lo que sí es verdad es que está aumentando el número de estudiantes. Este se multiplicó por cuatro en Colombia en Sena, instituto técnico o universidad. Pero hoy por cada estudiante el Estado le transfiere un poco menos de la mitad de lo que le transfería en el año 93. En ese año el Estado pasó por cada estudiante 10,8 millones. En 2018 fue en promedio 4,8 millones por persona. Cada año que pasó en los últimos 24 se le giró a la educación un poco menos por estudiante. ¿Cuáles son los otros problemas? Este país debe pensar en sistemas de padrinazgo en las regiones. Yo le he propuesto a los rectores que la Universidad UIS, por ejemplo, que apadrinen a la Universidad Tecnológica desde el punto de vista pedagógico, académico y administrativo. Tenemos que hacer cambios no solo en los recursos. Hay que cambiar los temas de evaluación de docentes. No puede haber más administrativos que docentes. Hay 3.200 administrativos en la Nacional y 2.800 docentes, eso no pasa en las universidades de otros países y hay que hacer cambios pedagógicos. Por ejemplo, la enseñanza de cálculo en las universidades colombianas está mandada a recoger. Yo tuve la máxima calificación en la Universidad Nacional en cálculo 1, 2 y 3 sin entender una sola idea. Son procesos totalmente rutinarios, y memorísticos. Hay que hacer cambios en los modelos pedagógicos y en los currículos. No es solo meta más plata. El presidente Santos dijo siempre que Colombia iba a ser el país mejor educado para el 2025, ¿usted cree que esa meta se logre? Ese objetivo no tiene ninguna razón de ser. Yo conozco la región y diez países están haciendo mejor las cosas que Colombia solo en Suramérica. Está haciendo muy bien las cosas Brasil, Ecuador, Perú, Chile y puede haber incluso sorpresas de países que estaban muy atrás que están haciendo bien las cosas. Solo el 10 % de los jóvenes de estratos 1 y 2 tocan una universidad en Colombia. Eso es muy bajo. Solamente fue un eslogan. La mayoría de esos países tuvieron gobiernos de izquierda en el pasado reciente, ¿hay una relación? Puede ser que la izquierda sea más sensible. Pero no son los únicos casos; Corea del Sur y Singapur también son un ejemplo a nivel mundial y son gobiernos profundamente de derecha. Yo no soy ni de izquierda ni de derecha. Soy proeducación. ¿Qué debe cambiar en Colombia sobre el tema de los currículos? La educación en Colombia está muy mal concebida. Si usted es muy bueno en tres áreas y muy malo en dos, la estrategia en Colombia es que usted debe dar mucho énfasis a esas dos. Eso es un poquito absurdo. La educación debería consistir en encontrarle a uno su proyecto de vida, tiene que haber mucha más vocacional, la educación tiene que descubrirle a uno el talento. Uno no debería ir a la escuela a aprender nada, sino a desarrollar ciertos procesos como la lectura, el pensamiento, el análisis. Pero los gobiernos han sido o muy ingenuos o muy inteligentes porque no se han dado cuenta de eso.
Las críticas a Ser pilo paga se basaron en sus altos costos, en beneficiar a pocos y en ayudar más a las universidades privadas. La nueva propuesta de la 'Generación E', presentada por Duque y la ministra de Educación, busca que los mejores bachilleres del país vayan primordialmente a instituciones de educación superior pública.Escuche completa esta columna de opinión:
BLU Radio conoció las cifras exactas de deserción del programa Ser Pilo Paga desarrollado por el Gobierno de Juan Manuel Santos con cuatro ediciones que han causado un debate a nivel nacional sobre la pertinencia de la continuidad del proyecto que le entregó becas-crédito a miles de jóvenes para que estudiaran en las universidades de su preferencia.Vea también: Mineducación presentará a Duque nuevos planes para PAE y alternativas a Ser Pilo PagaPara mantener la beca, los estudiantes debían cumplir ciertos requisitos a lo largo de la carrera. Esto quiere decir que, si los jóvenes por diferentes problemas debían suspender las clases por más de dos semestres, corrían el riesgo de perder la beca y quedaban obligados a perder la totalidad del dinero que el Gobierno entregó para pagar sus estudios si, además, debían salir de la universidad.En total son 1.246 jóvenes con corte a agosto que salieron de Ser Pilo Paga en este orden:Desde la primera temporada de Ser Pilo Paga en el 2015 han salido 607 personas debiendo más de $7.700 millones.El segundo cohorte tiene 454 estudiantes que tuvieron que salir y le deben hoy al Estado $3.400 millones.En la tercera edición del programa, en el 2017, hay registro de 38 estudiantes que no pudieron continuar con la beca y hoy deben $247 millones.Y finalmente, en la última edición de este año, solo en el primer semestre van 10 estudiantes que tuvieron que salir y que apenas comenzando la beca ya le deben 47 millones de pesos al Estado.El total es de más de $11.000 millones que los ‘expilos’ le deben actualmente al Gobierno Nacional y deberán pagar bajo el mecanismo de cobranza del Icetex, a menos de que el Gobierno Duque les perdone la deuda.Esta situación es particularmente grave porque los beneficiarios de Ser Pilo Paga son estudiantes de bajos recursos económicos que justamente por no poder acceder a la educación a través de sus propios ingresos, y por mantener un promedio alto en las calificaciones, recibieron las becas. Pero hoy ellos y sus familias, sin poder haberse graduado e iniciar su vida profesional y laboral oficialmente, tienen millonarias deudas que agudizan su situación económica.Además, según un documento del Ministerio de Educación, un 33% de los estudiantes que son admitidos en la educación superior solo se gradúa hasta que cumplen siete años estudiando. Y los semestres en Colombia son de 8 semestres, cuatro años, 10 semestres o cinco años. Y las becas de Ser Pilo Paga están establecidas para los tiempos estrictos de la duración del pensum. Eso quiere decir que es probable que varios de los pilos tengan que pagar algunos semestres con sus ingresos, si la duración de la carrera se tarda más de lo normal.Los casos de deserción tienen que ver en algunos casos con la lejanía de sus lugares de origen, las sedes de las universidades y falta de recursos de manutención. Por estas y otras razones, estudiantes y rectores han pedido la cancelación definitiva del programa.
El presidente del sistema universitario estatal, Jairo Miguel Torres, en entrevista con BLU Radio, se mostró preocupado por el desfinanciamiento de las universidades públicas, uno de los motivos por los que este miércoles saldrán a protestar. De acuerdo con Torres, los rectores de las universidades públicas le están pidiendo 500 mil millones de pesos adicionales para 2019. “Son 3.2 billones el déficit que tenemos las universidades públicas en funcionamiento. Lo que nosotros hemos planteado que se nos adiciones 500 mil millones de pesos del presupuesto de la Nación”, dijo. Añadió que esos 500 mil millones debieron haberlos recibido por la reforma tributaria de 2016, pero terminaron en la financiación de Ser Pilo Paga y las becas de Icetex. Por su parte, la Ministra de Educación, María Victoria Angulo, dijo que no se puede dar generalidades sobre la situación de las 32 universidades y que no hay forma de lograr hacer una adición de ese tipo en un solo año. “Lo que estamos haciendo es sentándonos con cada una de las universidades, no solo para solucionar la coyuntura, sino cómo buscar fuentes para las necesidades sustantivas de las universidades públicas”, dijo.Vea también: Mineducación presentará a Duque nuevos planes para PAE y alternativas a Ser Pilo PagaLa ministra aseguró que el Gobierno ha prestado atención frente a las peticiones del magisterio y destacó que los recursos para el sector en 2019 superan los 41,1 billones de pesos y que esto constituye el 15,9 % del total del presupuesto nacional. “Es el sector con mayor participación”, destacó la funcionaria. “En este marco, lo importante de la discusión es que ya hay un salto de lo que hemos encontrado, pero hemos ido más allá y es el trabajo por definir una política y no solo proyectos para la educación superior”, agregó. Según Angulo, la estrategia del Gobierno gira sobre tres ejes: avances en gratuidad, excelencia y mérito, así como recursos adicionales en la base más allá del Incremento de Precios al Consumidor (IPC). La funcionaria también se pronunció sobre la problemática económica en universidades públicas. “No puedo dar generalidades sobre las 32 [universidades públicas]. En algunas tiene que ver con déficit que vienen trayendo de años anteriores consecutivos. En otras tiene que ver con ingresos que se preveían y no llegaron al presupuesto y en otras tiene que ver con procesos de calidad donde los costos fueron mayores a lo presupuestado”, complementó.