Gremio de estaciones de servicio advierte sobre IVA: “La gasolina es un gasto básico"
La propuesta de incluir el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los combustibles dentro de la próxima reforma tributaria ha encendido las alarmas.
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La propuesta de incluir el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los combustibles dentro de la próxima reforma tributaria ha encendido las alarmas en el sector de estaciones de servicio. David Jiménez, presidente de la Confederación de Distribuidores Minoristas de Combustibles y Energéticos (Comce), gremio que representa a más de 6.400 puntos de abastecimiento en Colombia, aseguró en entrevista con Mañanas Blu que la medida impactará de manera directa el bolsillo de los hogares colombianos y el costo de la logística nacional.
“La gasolina y el diésel no son un lujo, son un gasto básico de la canasta familiar. Afectar su precio con un IVA del 19 % golpea por igual a todos los colombianos”, enfatizó Jiménez.
De acuerdo con las proyecciones presentadas por Jiménez, si la propuesta gubernamental se aprueba, el incremento en el precio por galón de gasolina corriente alcanzaría los 1.800 pesos en 2026, mientras que el diésel subiría más de 1.000 pesos por galón únicamente por efecto de impuestos.
El cálculo inicial muestra que solo en impuestos, el aumento sería de 1.020 pesos en la gasolina y de 650 pesos en el diésel para 2026. Si se lleva el IVA al 19 %, como lo contempla la reforma, el incremento final será mucho mayor
Según el vocero de las estaciones, este ajuste no solo se traduciría en un mayor gasto para los consumidores particulares, sino que se reflejaría de inmediato en la cadena de distribución de alimentos y mercancías.
“El 98 % de la movilidad del país depende de combustibles fósiles. Casi todo lo que se transporta en Colombia —productos, mercancías y personas— se mueve con gasolina y diésel. Subir sus precios impacta de manera transversal a la economía”, advirtió.
En la entrevista, Jiménez destacó que el consumo de combustibles en Colombia está prácticamente equilibrado entre gasolina y diésel. El primero representa el 52 % de la demanda nacional, mientras que el segundo alcanza el 48 %.
Este escenario desmiente las afirmaciones que sugieren que los combustibles son utilizados únicamente por sectores de mayores ingresos.
Las estaciones de servicio atendemos a más de 20 millones de vehículos, entre automóviles y motocicletas. No diferenciamos entre clientes ricos o pobres. La movilidad depende de estos combustibles sin distinción social
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Uno de los puntos de controversia es el precio actual de la gasolina en Colombia, que supera los 16.000 pesos por galón. Críticos señalan que este valor está por encima de la paridad internacional y que los consumidores estarían pagando un sobrecosto para financiar el subsidio al diésel.
Jiménez reconoció que existe una disparidad en los precios, pero insistió en que cualquier ajuste debe considerar su efecto en la economía nacional:
“Hoy el precio interno de la gasolina puede estar subsidiando el déficit del diésel, pero llevar el combustible a valores internacionales afecta de manera general a los colombianos. Lo dicen el Banco de la República, el Ministerio de Hacienda y el DANE: la gasolina y el diésel son parte de la canasta básica”, puntualizó.
El dirigente gremial advirtió que, más allá del IVA, el Gobierno mantiene la potestad de aumentar los precios mediante otros mecanismos, como el ingreso al productor que remunera a Ecopetrol.
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Esto implica que, incluso si no se aprueba la totalidad de la reforma, el costo de los combustibles podría seguir en aumento en los próximos meses.
Además de los impuestos, el Ministerio de Hacienda puede decidir ajustes mensuales en el precio del combustible. Esa es otra fuente de incertidumbre que enfrentamos como gremio y que también recae sobre los consumidores