Qué son las ventas fantasmas y porqué preocupa a los comerciantes
Expertos coincidieron que el comercio electrónico no es cuestión de suerte, sino de método, datos y disciplina.
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En el mundo del comercio digital, un nuevo fenómeno está generando preocupación entre los empresarios: las llamadas ventas fantasma.
Este término se refiere a aquellos procesos de compra que parecen completarse, pero nunca llegan a materializarse. Usuarios que navegan, seleccionan productos, los agregan al carrito e incluso inician el pago, pero que, por distintas razones —como fallas técnicas, desconfianza o experiencias incompletas—, no concretan la transacción.
En la edición de Kapital Nights, especialistas y emprendedores coincidieron en que este tipo de pérdidas invisibles se ha convertido en uno de los mayores desafíos del comercio digital. Aunque el sector mantiene un ritmo ascendente —con ventas por $27,3 billones en el primer trimestre de 2025—, las cifras revelan un panorama preocupante: el 74% de los carritos se abandona y el 30 % de los consumidores aún no confía plenamente en pagar en línea.
Las ventas fantasma aparecen cuando las compañías no están midiendo ni aprendiendo del proceso. En e-commerce, cada clic perdido y cada intento fallido dice algo. Convertir esa información en decisiones es la diferencia entre crecer o quedarse atrás
Los expertos Federico Rodríguez, CEO de Fullpi, y Giovanni Bellojín, cofundador de Payments Way, coincidieron en que el comercio electrónico no es cuestión de suerte, sino de método, datos y disciplina. Insistieron en la importancia de monitorear todo el recorrido del comprador, desde los tiempos de carga hasta los motivos de rechazo de pago, con el fin de identificar en qué punto se pierde la venta y corregirlo de manera oportuna.
Otro punto clave fue la experiencia postventa. Según los panelistas, “la venta no termina en el pago, sino en la recompra”. Para fidelizar al cliente, las marcas deben ofrecer transparencia en los costos, políticas de devolución claras, tiempos de entrega confiables y atención humana para resolver imprevistos. Una experiencia deficiente no solo significa una venta perdida, sino también una reputación comprometida.
Finalmente, los expertos advirtieron sobre el riesgo de depender exclusivamente de la automatización. Si bien las herramientas de inteligencia artificial y chatbots son útiles, su mal uso puede convertirse en un nuevo “fantasma digital”. La clave está en equilibrar tecnología con criterio humano, ofreciendo acompañamiento real y empático.