Con la solicitud formal ante la Superintendencia de Sociedades para iniciar su liquidación judicial, Everfit, la histórica empresa paisa dedicada a la confección de trajes masculinos, se despide del panorama empresarial colombiano. Fundada en 1923 por el antioqueño Roberto Uribe Escobar, Everfit fue por décadas sinónimo de elegancia masculina y símbolo de distinción en la moda local.
"Hemos tratado todas las herramientas posibles para salvar la compañía. Buscamos inversionistas, inyectamos capital, pero lo más responsable ahora es no seguirla desangrando", declaró Juan Carlos Duque, actual gerente de Everfit, en entrevista con Néstor Morales en Mañanas Blu.
Competencia asiática y pérdida de mercado: causas del declive
El gerente explicó que la principal causa del cierre es la profunda desventaja competitiva frente a los fabricantes textiles de Asia, una situación que no es exclusiva de Everfit, pero que ha terminado por asfixiar sus finanzas.
"La diferencia en competitividad puede llegar al 50 o 60 %. Mientras aquí tenemos costos altos por ser una empresa formal, en Asia compiten con precios muy bajos y estructuras flexibles", detalló Duque.
Países como China, Vietnam y Bangladesh han tomado una parte importante del mercado, desplazando a compañías nacionales que no pueden igualar los costos de producción, sin sacrificar calidad o legalidad. En este escenario, el modelo de Everfit, basado en la sastrería fina, se volvió inviable.
La informalidad también golpeó a Everfit
Además de la competencia internacional, Duque señaló un problema estructural dentro del país: la informalidad en el sector de la confección. Esta realidad impactó de forma directa a la compañía, que operaba bajo un modelo completamente formal, lo que elevaba sus costos operativos.
"Cuando compites con empresas que no pagan impuestos ni seguridad social, y que funcionan desde casas o talleres clandestinos, simplemente no puedes igualar precios sin poner en riesgo la operación", afirmó el directivo.
Una reinvención que no fue suficiente
En sus últimos años, Everfit intentó transformar su portafolio y salir del nicho tradicional. Lanzó líneas de uniformes para los sectores aeronáutico, hotelero, de salud y entretenimiento, incluso incursionó en la moda femenina y juvenil con marcas como B Fit. Sin embargo, los esfuerzos no lograron sostener el negocio.
"Tuvimos clientes como Avianca, Latam e incluso Disney, pero el mercado dejó de valorar la calidad por encima del precio. Hoy se compra ropa para lo necesario, no para durar", lamentó Duque.
El gerente también confirmó que algunas marcas emergentes derivadas del legado de Everfit fueron vendidas a emprendedores locales antes de la liquidación.
Patrimonio y legado de una marca centenaria
Everfit no fue solo una empresa textil, sino una institución dentro del imaginario colombiano. En su época dorada, llevar un “Everfit” era un acto de status, una prenda asociada a eventos importantes y al retiro digno de un militar.
Fundada en Medellín, la empresa llegó a formar parte del Grupo Empresarial Antioqueño, al que también pertenecieron otras gigantes como Coltejer y Fabricato. En su época de mayor integración vertical, Everfit incluso criaba ovejas en el oriente antioqueño para producir su propia lana.
Liquidación y futuro incierto para sus trabajadores
La solicitud de liquidación llega tras una última medición financiera que dejó claro el panorama: activos por $37.777 millones frente a deudas cercanas a los $32.000 millones. Everfit cuenta actualmente con alrededor de 70 empleados, quienes ahora enfrentan la incertidumbre laboral.
"Estamos haciendo todo lo posible por ayudar a nuestros trabajadores a reubicarse. No queremos dejarlos a la deriva", aseguró Duque.
Un final anunciado, pero no menos doloroso
La caída de Everfit es un reflejo del difícil panorama de la industria textil nacional, que ha visto desaparecer varios de sus grandes nombres desde la apertura económica de los años 90. Aunque Everfit resistió por más de una década, la suma de factores —desde la informalidad, pasando por la globalización hasta el cambio en los hábitos de consumo— terminó por sellar su destino.
"Es un cierre responsable. Lamentamos profundamente no haber podido mantener viva una marca con tanto significado para el país", concluyó Duque.