Así luce hoy la icónica casa de 'Mi pobre angelito' tras renovación: miles de fans decepcionados
La icónica casa de 'Mi pobre angelito' cambió por completo tras una lujosa renovación y miles de fans quedaron sorprendidos.
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Más de tres décadas después de su debut en 1990, 'Mi pobre angelito' sigue ocupando un lugar especial en las maratones navideñas del mundo. Cada diciembre, el pequeño Kevin McCallister vuelve a las pantallas y, con él, la icónica casa en la que se desarrollan sus inolvidables travesuras.
Sin embargo, la vivienda que millones recuerdan como un símbolo de la Navidad ya no es la misma, y su reciente transformación tiene a varios seguidores sintiéndose defraudados.
La propiedad, ubicada en 671 Lincoln Avenue, en Winnetka (Illinois), siempre fue una residencia privada, pero su fachada saltó al imaginario colectivo gracias a las escenas en las que Kevin defendía heroicamente su hogar de dos torpes ladrones.
Aunque muchos creyeron que se trataba de un set, la casa era real y fue utilizada para grabar momentos clave: la escalera principal, parte del primer piso, el sótano y el ático. Incluso la famosa escena del barandal se rodó dentro de la vivienda original.
No obstante, la mayoría de los interiores vistos en pantalla fueron recreados en un gimnasio escolar transformado en set, lo que permitió modificar la estructura sin afectar a los propietarios de entonces, la familia Abendshien, quienes convivieron durante meses con el equipo de producción.
Tras ser vendida en 2012 por cerca de 1,58 millones de dólares, la casa volvió a cambiar de dueños en 2024. Esta vez, la cifra superó los 5,5 millones de dólares, en parte por la remodelación profunda que la convirtió en una residencia completamente distinta a la que los fans recuerdan.
La cuenta de Instagram @architectanddesign compartió una comparativa que rápidamente se volvió viral: donde antes había luces cálidas, adornos tradicionales y ese estilo acogedor que marcó a toda una generación, ahora predominan líneas rectas, tonos neutros y un diseño minimalista que borró casi toda la esencia navideña asociada a la película.
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Según Architectural Digest, la casa ahora cuenta con un cine privado, una cancha cubierta, una cocina profesional, gimnasio, amplias zonas de recreación y un garaje para tres autos. El único elemento que sobrevivió intacto es la emblemática escalera principal, hoy casi un santuario para los nostálgicos.
Pese a que la vivienda sigue siendo privada y no ofrece visitas guiadas, cada diciembre decenas de turistas se acercan hasta la vereda para tomarse una foto, recrear alguna escena o simplemente recordar uno de los clásicos navideños más queridos.