
La noche de este jueves, Andrés Calamaro volvió a Bogotá con su “Agenda 1999 Tour”, ofreciendo un concierto cargado de emociones, nostalgia y, como ya es costumbre en sus visitas recientes a Colombia, polémica.
El icónico músico argentino se presentó en el Movistar Arena ante miles de fanáticos que corearon durante más de dos horas éxitos como 'Flaca', 'Loco' y 'Estadio Azteca'.
Sin embargo, el show no estuvo exento de controversia, especialmente por la postura del artista frente a la tauromaquia, que volvió a causar revuelo.
Horas antes del concierto, colectivos animalistas instalaron una valla a las afueras del recinto con el mensaje: “Calamaro, Colombia ya dijo: ¡no más olé!”, en rechazo a sus declaraciones y gestos en favor de las corridas de toros. La protesta fue pacífica y sin incidentes, pero dejó en evidencia el descontento de varios sectores con la posición del cantante.

El polémica gesto de Calamaro al final de su concierto
Durante el espectáculo, Calamaro no esquivó el tema. En un momento del recital, se proyectó la imagen de un toro rojo en las pantallas y el artista apareció en escena con un capote, el tradicional accesorio usado por los toreros. La alusión directa a la tauromaquia fue celebrada por parte del público con gritos de “¡Olé!”, mientras que otros en redes sociales manifestaron su rechazo.
El gesto más polémico llegó al final del concierto. Tras presentar a su banda y agradecer al público bogotano —a quien calificó como testigo de “triunfos gloriosos”—, el exvocalista de Los Rodríguez levantó el capote y realizó los clásicos movimientos de un torero.
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Poco después, en su cuenta de Instagram, el argentino compartió un mensaje sobre “los músicos toreros” y “la vuelta al ruedo”, reforzando su vínculo simbólico con el mundo taurino. También publicó videos del momento en que hacía los lances en tarima, en cámara lenta, mientras el público lo ovacionaba.
El capote ya lo ha acompañado en otras ciudades colombianas como Manizales y Cali. En esta última fue abucheado por el gesto y, tras la polémica, respondió tajantemente: “Lo siento. Están cancelados y bloqueados. Hasta nunca”.
En Bogotá, en cambio, su acto fue recibido con división: aplausos de los que celebran su postura y duras críticas de quienes la consideran una falta de respeto. El debate sigue abierto.