Durante la audiencia de reconocimiento por falsos positivos en Casanare, el general en retiro Henry William Torres Escalante aceptó su responsabilidad en 196 casos de ejecuciones extrajudiciales, que se presentaron mientras él comandó la Brigada 16.
Lo que ha aceptado el general Torres es que presionó a las unidades bajo su mando y esto llevó a que se registraran estos casos entre 2005 y 2007.
Al aceptar su responsabilidad, Torres Escalante aseguró que las presiones que él ejercía sobre los militares venían del comandante del Ejército en el momento, general en retiro Mario Montoya.
“Se fundamenta en las presiones permanentes que realizaba a mis subordinados, siempre exigiendo resultados operacionales, dando prelación a las muertes en combate, lo que indiscutiblemente me llevó a ser reiterativo e incisivo en los programas diarios que realizaba. Las presiones constantes venían desde el comandante del Ejército general Mario Montoya, de la Cuarta División general Guillermo Quiñonez y del mío como comandante de la Brigada 16”, señaló Torres.
Por otro lado, aseguró que las muertes se convirtieron en números y porcentajes en la Brigada 16 y que muchas de las personas que cometieron estos homicidios recibieron premios, medallas y viajes, e incluso los felicitó públicamente; además, no adelantó las investigaciones exhaustivas, pues señala que esto a él le servía, ya que de esta manera se posicionaba la Brigada ante los altos mandos.
“Tuvimos varias veces en la Brigada la visita del presidente Álvaro Uribe, estaba la población, estábamos las autoridades que teníamos responsabilidad de seguridad en el departamento y pues las personas empezaban a quejarse todo el tiempo de seguridad y él daba instrucciones en forma dura también hacia los comandantes de Policía, Ejército y DAS, y decía que si no podíamos con el cargo pues que avisáramos para que él pudiera gestionar un relevo”, explicó Torres.
Publicidad
El general en retiro también reconoció que hubo algunas alertas que él no tuvo en cuenta.
“En varias ocasiones se produjeron que había resultados operacionales o muertes en combate y al momento de los levantamientos le manifestaban que no aparecían las armas. Posteriormente, al hacer el levantamiento, ya tenían armas y yo nunca dije nada, me volví un alcahueta”, finalizó Torres.
Publicidad
Vea también