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El día que 115 niños y jóvenes se acercaron por primera vez a la tecnología

Los estudiantes viven en la vereda Alto de los Jaramillo, en Ciudad Bolívar, Antioquia.

316529_BLU Radio. Institución Educativa Rural Farallones en Ciudad Bolívar / Fotos: BLU Radio
BLU Radio. Institución Educativa Rural Farallones en Ciudad Bolívar / Fotos: BLU Radio

Emiliano Vargas Bolívar tiene 7 años y desde ya sueña con ser policía para “atajar” a los ladrones. Su mamá reside en el Chocó, el papá es panadero en Medellín y pocas veces se ve con ellos porque, dice, teme marearse en el camino. Emiliano, quien vive con la abuela Gilma, habla mucho, hasta por los codos, dirían quienes más lo conocen.

Sentado en el rincón de un salón en la Institución Educativa Rural Farallones donde cursa segundo grado, a 45 minutos del casco urbano de Ciudad Bolívar, Antioquia, Emiliano está ansioso y sus pies no paran de moverse mientras espera el turno para tener de cerca, por primera vez, unas gafas de realidad aumentada y escaparse por unos segundos de su inocente cotidianidad.

El sol golpea fuerte en estas montañas de la vereda Alto de los Jaramillo donde la mayoría de los habitantes tienen ese apellido, donde el cielo es muy azul y se ve cerquita, donde el aire es más puro y se respira fiesta por la llegada del Smart School Nómada de Samsung.

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“Este programa es la manera en que nosotros creemos que la tecnología puede impactar la educación de una forma móvil y lúdica, permitiendo que los niños y jóvenes tengan una experiencia diferente”, explicó César Muñoz, gerente Senior de Asuntos Corporativos de Samsung.

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Al interior de esa caja gigante, de color blanco y azul, y que se quedó para siempre en esta escuela, hay 11 tablets, una cámara 360, un televisor, mesas, cojines y las gafas de realidad aumentada que tanto esperó Emiliano.
 

A primera vista es una simple caja, lo que pocos saben es que cuando se abrió tuvo el poder de acelerarle el corazón de felicidad a 115 estudiantes que no tenían acceso a la tecnología.

“Con estas oportunidades vamos a ser más de nosotros y tendremos una mejor educación en la institución. También podremos ayudar a los caficultores para que no echen tanto veneno a las plantas”, dice Lizet Pulgarín, estudiante de quinto grado.

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Precisamente uno de los objetivos del Smart School Nómada es esta zona es beneficiar a los caficultores para que mejoren la productividad en el cultivo del grano.

Doña Nelly de Jesús Gañán y su hijo Aldemar Jaramillo, por ejemplo, ya planean incorporar la tecnología en la producción del café en su finca. “En internet podré consultar otros protocolos de fermentación para el beneficio de la familia”, manifiesta el joven.

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Y es que Emiliano no fue el único que anheló ponerse las gafas de realidad aumentada o tener en sus manos una tablet, pues el panorama en los alrededores de la escuela era largas filas de estudiantes que esperaban la oportunidad.
 

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Con música y guitarras, al final un grupo de seis estudiantes cerraron el día en el que descubrieron la magia de una caja que les cambió la vida. Con aplausos y sonrisas quedó enmarcado el cuadro para la historia de esta escuela perdida entre las montañas del suroeste antioqueño.
 

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