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Ahorro de agua: los cambios de hábitos traen bienestar físico, mental y emocional

Entiendo la asertividad, como saber comunicar nuestras necesidades, opiniones y sentimientos de manera clara, directa, sin ser pasivo o agresivo es requerido propiciar que los hábitos de las personas, las razones del buen comportamiento, y entender los beneficios recibidos, pero sobre todo la conciencia de que esas acciones están expresando lo mejor de cada uno.

Alberto Linero
Alberto Linero
Foto: Blu Radio.

La experiencia del racionamiento de agua en Bogotáes ocasión para pensar en el cambio de algunos hábitos de la vida cotidiana. Recordemos que un hábito es una conducta que tenemos asumidas como propias en nuestra vida cotidiana y que inciden positivamente en nuestro bienestar físico, mental y social. Es fruto de la repetición y del beneficio que nos generan.

Forman parte de nuestras acciones inconscientes y se expresan en las rutinas que a diario realizamos. Para poder lograr el objetivo de ahorrar agua necesitamos revisar algunos hábitos cotidianos y cambiarlos. Por ejemplo, la manera cómo nos lavamos los dientes y la forma de bañarnos. Un hábito se cambia teniendo presente estas cinco acciones:

1. Tener claro cuál es tu objetivo. Hay que hacer conciencia de que es lo que quiere lograr.

2. Vivir en el presente. Hacer conciencia plena de cada momento. Evitar dejarse arrastrar por la rutina y darse cuenta qué y cómo se va a actuar.

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3. Atender a la motivación que tenemos de cumplir nuestra meta. Hay que ser consciente del escenario negativo que vamos a generar si no cambiamos el hábito. Ser conscientes que un buen cambio generará beneficios o que, de lo contrario, experimentaremos sanciones.

4. Planificar cuándo y cómo vamos a llevar a cabo el nuevo hábito. Teniendo conciencia de cadaacción.

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5. Establecer los medios o recursos que nos van a permitir conseguirlo.

La teoría dice que en 21 días podemos generar un hábito, luego no podemos desesperarnos sino ser disciplinados para lograr el objetivo que buscamos. Constantemente tenemos que evaluar cómo estamos actuando, buscando establecer qué beneficios nos han generado esos cambios realizados.
En la medida que seamos más conscientes de nosotros mismos, más oportunidad tendremos de lograr el propósito de vida que tenemos. No hay cambios profundos en nuestro proyecto de vida sino hacemos cambios concretos en los hábitos. Es el momento de ser más dueños de lo que hacemos a diario.

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