Mercedes-Benz hace llamado urgente y pronostica un oscuro futuro por el exceso de regulación
La marca alemana comparó la situación europea a la que se vive en China.
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El consejero delegado del Grupo Mercedes-Benz, Ola Källenius, advirtió que las actuales políticas regulatorias en Europa podrían poner en peligro el futuro de la industria automotriz en la región, señalando que el panorama podría derivar en un “colapso” del mercado si no se reconsideran algunas medidas, como la prohibición de vender vehículos con motor de combustión interna a partir de 2035.
En declaraciones al diario económico alemán Handelsblatt, Källenius subrayó que el marco normativo vigente en la Unión Europea impone condiciones demasiado estrictas, lo que podría comprometer la competitividad de los fabricantes frente a otras regiones. “En Europa, las rígidas regulaciones actuales amenazan con colapsar el mercado automovilístico”, afirmó.
El directivo de Mercedes-Benz citó el caso de China como un enfoque distinto en materia regulatoria. Según explicó, en el mercado asiático no se ha fijado una fecha límite para eliminar la tecnología de combustión interna ni se han establecido prohibiciones absolutas para determinadas tecnologías.
“Yo no fijaría una fecha concreta para abandonar la tecnología de combustión interna. Establecer un objetivo absolutista en un momento determinado con sanciones draconianas no ayuda en nada”, señaló, pidiendo que en Europa se mantenga una “actitud más abierta” ante las distintas alternativas tecnológicas.
Källenius advirtió que imponer plazos inflexibles podría conducir al sector “a toda velocidad hacia el desastre” y que el camino hacia la descarbonización debe evaluarse de forma realista. “Por supuesto que debemos descarbonizar, pero hay que hacerlo de forma tecnológicamente neutra”, puntualizó.
Las declaraciones del ejecutivo se producen en un contexto de reducción de beneficios para el grupo automovilístico. Durante el primer semestre de 2025, las ganancias de Mercedes-Benz cayeron un 56 % en comparación con el mismo periodo de 2024, alcanzando los 2.700 millones de euros.
Para Källenius, este retroceso financiero es una señal de alerta que debería llevar a los responsables políticos a replantear el ritmo y la forma de implementar la transición energética.
“No debemos perder de vista nuestra economía. Si Europa y la industria automovilística europea desperdician su fortaleza económica, perderemos por completo la posibilidad de alcanzar los objetivos políticos y la descarbonización”, advirtió.
La Unión Europea ha establecido como parte de su Pacto Verde Europeo el objetivo de lograr la neutralidad climática para 2050, lo que implica una serie de políticas y normativas enfocadas en la reducción de emisiones.
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Una de las medidas más significativas es la prohibición de comercializar nuevos automóviles y furgonetas con motores de combustión interna a partir de 2035, como parte del paquete legislativo “Fit for 55”.
Si bien estas disposiciones buscan acelerar la transición hacia tecnologías más limpias, voces de la industria como la de Källenius alertan sobre los riesgos de imponer plazos que podrían afectar la capacidad de adaptación de fabricantes, proveedores y consumidores.
El líder de Mercedes-Benz insistió en que la transición hacia un transporte libre de emisiones debe contemplar múltiples soluciones tecnológicas, en lugar de limitarse a un único camino. A su juicio, la neutralidad tecnológica permitiría explorar alternativas como los combustibles sintéticos, el hidrógeno o híbridos avanzados, además de los vehículos eléctricos.
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Källenius concluyó que el éxito de la transición energética en el transporte dependerá de encontrar un equilibrio entre sostenibilidad y viabilidad económica: “Tenemos que hacer una evaluación realista de la situación. De lo contrario, iremos a toda velocidad hacia el desastre”.