No es Toyota: mecánico escoge cuál es el carro usado que menos pasa por el taller
Según el experto, el motor de este carro está diseñado para superar los 400.000 km sin romperse.
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En un mercado donde no todos pueden permitirse o no prefieren comprar carro nuevo, muchos optan por escoger un automóvil usado que sea bueno y confiable, por lo que ahí es el momento cuando la voz de los mecánicos se convierte en una referencia clave.
Javier Cortez, especialista en reparación automotriz que comparte sus conocimientos en redes sociales, sorprendió recientemente al revelar cuál considera el carro de segunda mano que menos visita el taller, y no, no se trata de un modelo de Toyota, marca tradicionalmente asociada con confiabilidad.
En este escenario, encontrar un carro que combine bajo precio, mantenimiento sencillo y fiabilidad mecánica es uno de los mayores retos para quienes buscan comprar usado.
El mecánico explicó que muy pocos automóviles pueden superar los 400.000 kilómetros sin registrar fallas graves. Sin embargo, afirmó que existe un modelo que cumple con este desafío. Se trata de un carro que lleva más de 20 años en circulación y que, gracias a su diseño simple, sigue destacando frente a opciones más modernas.
Según Cortez, el motor en cuestión es el 1.6 de gasolina de Ford, un bloque atmosférico que equipa al Ford Focus de 2005. “Este motor solo entra al taller para hacer mantenimiento”, afirmó el mecánico en un video publicado en su cuenta de TikTok (@jcautomotivetop).
El propio Cortez conduce a diario un Ford Focus con este propulsor. Su vehículo ya supera los 230.000 kilómetros y, de acuerdo con su testimonio, no ha registrado fallas importantes en todo ese tiempo. El motor, identificado con la referencia DHWDA, entrega 100 caballos de potencia y prescinde de componentes que suelen dar problemas, como el turbo o la válvula EGR.
El especialista enfatizó que la clave está en la simplicidad mecánica: “El motor es super simple, no tiene turbo, no tiene GR, no tiene nada, es atmosférico total. Os digo una cosa, no se quiere romper”, comentó en la grabación.
Aunque se trata de un carro con dos décadas de antigüedad, Cortez recordó que Ford incorporó innovaciones curiosas en este modelo. Uno de ellos fue un sistema desarrollado por Nokia que permitía cambiar canciones o realizar llamadas mediante comandos de voz. Sin embargo, el mecánico señaló con humor que no resultaba del todo confiable: “No servía de mucho porque se rompía enseguida”.
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A pesar de esos detalles tecnológicos, el motor mantuvo un consumo moderado en carretera, cercano a los 6,5 litros por cada 100 kilómetros, según las cifras que mencionó.
El especialista también subrayó que el modelo tiene un punto débil: la aceleración. “Entre 2.500 vueltas y ralentí, este coche no corre”, aseguró. Ford solucionó parcialmente este aspecto en versiones posteriores al introducir distribución variable, lo que elevó la potencia hasta los 120 caballos.