Analista: "No hay fentanilo ni de precursores pasando por Colombia"
Confirman que la ruta del fentanilo comienza con los precursores químicos, que a menudo son adquiridos en China o India.
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En un contexto de creciente alarma internacional respecto a la crisis de fentanilo en Estados Unidos, y tras declaraciones que sugerían una participación de países sudamericanos en la cadena de suministro, Adam Isacson, director del programa de supervisión de defensa de Wola (Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos), ha desestimado categóricamente la presencia de esta droga o sus precursores en el territorio colombiano o en el resto de América del Sur.
Durante una entrevista, Adam Isacson explicó la geografía real del tráfico de esta peligrosa sustancia, situando el proceso de manufactura y las principales rutas lejos de las fronteras de Colombia, país históricamente asociado a la producción de cocaína. Esta aclaración busca reorientar el foco del debate sobre la crisis de opioides, señalando que los esfuerzos de interdicción deben centrarse en los puntos de origen químico en Asia y los centros de fabricación en Norteamérica.
Isacson confirmó que la ruta del fentanilo comienza con los precursores químicos, que a menudo son adquiridos en China o India, y otros países ubicados "muy al norte de Colombia". La síntesis del producto final ocurre, según el experto, en laboratorios clandestinos situados principalmente en el noroeste de México.
"Bueno, Colombia es el país productor de cocaína, pero no hay nada de fentanilo ni de precursores de fentanilo pasando por Colombia ni por ni por América del Sur," declaró.
Esta afirmación contrasta con recientes menciones en la esfera pública y ciertos artículos de opinión que sugerían una petición de la administración estadounidense para que Colombia detuviera el flujo de precursores químicos provenientes de China. El director de Wola argumentó que tal ruta sería logísticamente ineficiente: "Llevar tantas químicas al sur para después llevarlos al norte, a México, para sintetizarse no tiene mucho sentido para ser una ruta importante para esos precursores". Además, desmintió indirectamente las aseveraciones del expresidente Donald Trump, que implicaban a Venezuela en el tráfico, sugiriendo que el político "tiene muy mal sus hechos".
El grueso de las incautaciones en la frontera estadounidense se concentra en el suroeste, específicamente en California y Arizona, sumando cerca del 97% de las detecciones, reforzando la tesis de que la ruta principal es terrestre desde México.
A pesar de los programas, políticas y promesas presidenciales que han marcado la "Guerra contra las Drogas" desde 1971, Saxson augura un éxito limitado a los esfuerzos de control fronterizo contra el fentanilo. La naturaleza de esta droga sintética la convierte en un desafío casi insuperable para las autoridades de aduanas.
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La dificultad radica en el volumen: la cantidad total de fentanilo en su forma pura (polvo) consumida en Estados Unidos durante un año completo podría caber en la parte trasera de solo tres camionetas. Distribuir esta cantidad mínima a lo largo de una frontera de 3.000 kilómetros hace que la detección sea "casi imposible".
"Pararlo a dejar que pase por la frontera de Estados Unidos es casi imposible. Mire, todo el fentanilo en su su forma más pura como polvo que se consume en Estados Unidos en un año entero, cabría en la parte detrás de tres camionetas," explicó el experto.
A diferencia de la cocaína, el fentanilo no depende de campesinos ni de cultivos, lo que la hace "casi la droga perfecta para traficarse". Por ello, Isacson concluye que la estrategia debe pivotar desde la interdicción fallida hacia el manejo interno de la crisis, buscando "salvar vidas y desalentar la adicción dentro de Estados Unidos," ya que intentar detener su paso es "realmente un sueño perdido".
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Escuche aquí la entrevista: