EE.UU. catalogó al supuesto cartel de Maduro como organización terrorista: ¿Qué implica la decisión?
Aunque en Venezuela se insiste en que ese cartel no existe como organización formal, expertos internacionales sí reconocen que hay redes de corrupción y connivencia con actividades ilícitas, especialmente dentro de cuerpos militares.
La tensión entreEstados Unidos y Venezuelavuelve a un punto de máxima presión. En las últimas horas, Washington confirmó que el lunes designará al llamado “Cartel de los Soles” como organización terrorista extranjera (FTO), una decisión que cambia el tablero político y militar en el hemisferio. Más allá de los discursos y los gestos diplomáticos, el anuncio marca una nueva fase en la estrategia estadounidense contra el gobierno de Nicolás Maduro, a quien acusa de liderar una estructura criminal vinculada al narcotráfico.
Aunque en Venezuela se insiste en que ese cartel no existe como organización formal, expertos internacionales sí reconocen que hay redes de corrupción y connivencia con actividades ilícitas, especialmente dentro de cuerpos militares. La designación, entonces, abre un abanico de consecuencias que van mucho más allá del terreno político.
¿Qué puede pasar tras la designación terrorista?
Para entender el impacto real, hay que mirar lo que implica jurídicamente el sello de “organización terrorista extranjera”. Desde el Departamento de Estado, la lista FTO suele incluir grupos islamistas, guerrillas, separatistas y, recientemente, carteles del narcotráfico de México y Colombia. La inclusión del “Cartel de los Soles” ubica al gobierno venezolano en un nivel de confrontación sin precedentes.
Según el senador Marco Rubio, uno de los mayores promotores de esta medida, los señalados “son responsables de la violencia terrorista en todo nuestro hemisferio”. Y aunque la declaración no habla abiertamente de acciones militares, sí habilita herramientas que amplían el margen de maniobra del gobierno estadounidense.
Desde ejercicios con bombarderos B-52 en el Caribe, hasta el despliegue del portaviones más grande del mundo para operaciones antidrogas, el mensaje es claro: Washington quiere tener todas las opciones sobre la mesa. Para el politólogo Alexis Alzuru, esta designación “define la base legal para intervenir un territorio”, aunque ve más factible que, de haber acciones, se limiten a ataques selectivos en pistas vinculadas al narcotráfico.
Vladimir Padrino López y Nicolás Maduro
Foto: AFP
¿Y el impacto económico sobre Venezuela?
Si bien la economía venezolana ya está bajo sanciones desde 2019, esta clasificación podría ahogar aún más los pocos sectores que aún funcionaban. Analistas señalan que empresas internacionales podrían evitar cualquier operación con Venezuela por miedo a repercusiones legales en Estados Unidos.
El petróleo, sin embargo, queda temporalmente al margen: Washington sigue permitiendo que Chevron opere en el país. Aun así, la venta de crudo en el mercado negro podría verse afectada si la flota estadounidense decide interceptar cargamentos. “Pudiera abrir la posibilidad legal de tomar un barco”, explicó el experto Francisco Monaldi.
¿Se aproxima un ataque o una negociación?
Mientras Donald Trump asegura que Maduro “tiene los días contados”, también ha insinuado estar dispuesto a reunirse con él. El escenario, no obstante, es incierto. Para Alzuru, si las estructuras de poder en Venezuela no se fracturan, la probabilidad de negociación es casi nula.
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Por ahora, la designación terrorista incrementa la presión, eleva el riesgo de una escalada militar y deja a Venezuela frente a un panorama político cada vez más volátil. Pero también, según expertos, abre la puerta a que Estados Unidos intente negociar desde una posición de fuerza.