Estados Unidos eleva la presión sobre Venezuela tras fallida llamada entre Trump y Maduro
En conversación con El Radar de Blu Radio, la analista internacional Teresita Aya explicó que los recientes acontecimientos sugieren que Washington está evaluando escenarios que van más allá de la presión diplomática acostumbrada.
La tensión diplomática entre Estados Unidos y Venezuela volvió a escalar luego de que se confirmara el fallido diálogo telefónico entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el venezolano, Nicolás Maduro. La conversación, que inicialmente fue presentada como un intento de acercamiento, terminó por incrementar la atención internacional sobre la crisis y reforzar la posibilidad de una acción militar limitada en el corto plazo.
Medios estadounidenses, que rara vez centran su agenda en América Latina, han puesto la lupa sobre el país sudamericano ante lo que analistas consideran un “punto de quiebre”. En conversación con El Radar de Blu Radio, la analista internacional Teresita Aya explicó que los recientes acontecimientos sugieren que Washington está evaluando escenarios que van más allá de la presión diplomática acostumbrada.
Un diálogo fallido y posiciones irreconciliables
Según Aya, la conversación entre Trump y Maduro terminó siendo “un diálogo de sordos”. Mientras el mandatario venezolano buscaba garantías de inmunidad y conservar cuotas de poder para figuras clave de su gobierno, estas exigencias resultaron inaceptables para la Casa Blanca, que ve a la cúpula chavista como parte de una estructura criminal ligada al llamado “cartel de los soles”.
Nicolás Maduro / Donald Trump
Foto: AFP
Pese a que Trump ha reiterado su rechazo a las intervenciones militares prolongadas, la analista sostiene que el mandatario intenta negociar desde una posición de fuerza, aunque este primer contacto diplomático no arrojó ningún avance.
Escenarios militares: aumento de presión en mar, aire y tierra
La presencia del portaaviones USS Gerald Ford en el Caribe y el despliegue de bombarderos B-52 cerca del espacio aéreo venezolano han sido interpretados como señales claras de presión militar. A esto se suma el cierre casi total del espacio aéreo de Venezuela y el reforzamiento de la vigilancia marítima en la región.
Aya advierte que, ante el fracaso del diálogo, el siguiente paso podría ser una ofensiva limitada: “Con el mar y el aire bloqueados, lo que sigue es presionar por tierra”, señaló. De llegar a materializarse, esta acción se enfocaría en objetivos militares específicos, lejos del centro de Caracas, y se presentaría como un ataque “quirúrgico”.
La analista también resalta que Trump enfrenta presiones internas por las próximas elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos, lo que podría impulsar decisiones más contundentes. “Si no muestra resultados, el costo político para los republicanos sería alto”, afirmó.
El posible cambio de escenario en Venezuela no pasa desapercibido para Rusia y China, aliados estratégicos de Caracas. Ambos países siguen de cerca los movimientos de Washington, ya que un golpe de autoridad estadounidense podría influir en decisiones futuras sobre regiones sensibles como Taiwán, Moldavia o Transnistria.