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"Seguimos rezando por la martirizada Ucrania" y "por los pueblos de Palestina e Israel. La paz es posible, hace falta buena voluntad", dijo tras el rezo dominical del Ángelus.
E insistió: "La paz es posible, no nos resignemos a la guerra. Y no olvidemos que la guerra siempre, siempre, siempre es una derrota. Sólo ganan los fabricantes de armas".
Previamente, el pontífice mostró su "cercanía a la querida población de Myanmar, que lamentablemente continua sufriendo a causa de violencias y abusos".
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"Rezo para que no se desanime y confíe siempre en el ayuda del Señor", añadió.
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