Mujer denuncia que comandante de la policía de México acabó con la vida de su hijo: "Por celos"
La familia denunció que, tras dejar el cuerpo en el hospital, ningún compañero permaneció para dar explicaciones. Su madre lamentó que quedó “solo como perro en una camilla”.
Mujer denuncia que comandante de la Policía de México acabó con la vida de su hijo: "Por celos"
La muerte del policía de investigación Arturo Isaac Pacheco Macedo, de 32 años, ocurrida el 5 de noviembre de 2024 durante una práctica de tiro en instalaciones del Grupo de Reacción Inmediata Gary (GRI), de la Fiscalía de Justicia de la Ciudad de México, desató un proceso judicial marcado por denuncias de presunta negligencia.
En entrevista con Voces Ausentes Podcast, su madre, Lidia Rita Macedo, dio detalles del proceso judicial. Según la investigación, Arturo asistió a una capacitación interna cuando el comandante Rafael, con más de 20 años de servicio, manipuló un arma calibre 223 dentro del área de lockers, un espacio que “no estaba acorde para el curso y la capacitación”.
Los videos que la familia pudo observar muestran que el hombre tomó el arma sin aplicar las “cinco medidas de seguridad principales” antes de accionar el gatillo. El disparo impactó directamente en el tórax del joven, provocándole, según su mamá, una “muerte instantánea”.
La madre relató que, al no recibir la llamada habitual de su hijo cerca del mediodía, comenzó a angustiarse. “Mi angustia empezó a crecer”, contó. Momentos después, recibió una llamada de un número desconocido.
Mujer denuncia que comandante de la policía de México acabó con la vida de su hijo: "Por celos"
Foto: redes sociales
Al preguntar: “Señor, dígame solo una cosa, ¿mi hijo está vivo?”, la respuesta fue: “No señora, su hijo ya murió”. Lidia describe que en ese instante “solo me desmoroné y me tiré al suelo”.
De acuerdo con la familia, los integrantes del grupo Gary no respetaron protocolos de cadena de custodia ni solicitaron asistencia médica. En cambio, levantaron a Arturo “como si fuera un costal de papas” y lo subieron a una unidad oficial para llevarlo al Hospital General, pese a que ya no presentaba signos vitales.
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La familia también denunció que, tras dejar el cuerpo en el hospital, ningún compañero permaneció para dar explicaciones. Lidialamentó que su hijo quedó “solo como perro en una camilla”.
Aunque no existe confirmación oficial sobre el móvil, la familia asegura que compañeros de Arturo les escribieron de forma anónima para advertirles que el hombre tenía conflictos con él. Según los mensajes, Rafael “odiaba a mi hijo” y “le tenía mucho coraje porque lo callaba en muchas ocasiones cuando él estaba dando los cursos”.
El 6 de noviembre, un día después de la muerte, la familia logró que la Fiscalía les mostrara los videos, aunque, según denunciaron, las imágenes estaban alteradas y presentaban cortes. La versión institucional sostenía que todo se trató de un accidente.
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Aunque la defensa de Rafael insiste en que se trató de un caso de homicidio culposo, el juez reclasificó el delito como homicidio calificado con dolo, con base en los videos, la manipulación indebida del arma y las inconsistencias en la escena.
La madre del joven, quien dejó huérfano a un niño de casi tres años, pide que el responsable “tome conciencia y sea consciente de lo que ocasionó”, y que la muerte de su hijo no quede en la impunidad.