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Papa Francisco pide ante la ONU reducir sanciones internacionales a varios países

Durante su discurso ante la asamblea número 75 de la ONU, el pontífice también pidió que los más vulnerables sean prioridad en la atención en la pandemia por COVID-19.

350792_Papa Francisco // Foto: AFP
Papa Francisco // Foto: AFP

El papa Francisco comenzó su discurso ante el pleno de las Naciones Unidas refiriéndose a la emergencia que vive el mundo por cuenta del COVID-19.

Hizo un llamado a los responsables políticos y al sector privado para que se tomen las medidas adecuadas y así garantizar el acceso a las vacunas contra el coronavirus, además de poner las tecnologías necesarias a disposición
de los enfermos.

“Y si hay que privilegiar a alguien, que ese sea el más pobre, el más vulnerable, aquel que normalmente queda discriminado por no tener poder ni recursos económicos”, dijo el papa.

Así mismo, Francisco se refirió al aborto. Aseguró que algunos países e instituciones internacionales están promoviendo el aborto como uno de los denominados servicios esenciales en la respuesta humanitaria.

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“Es triste ver cual simple y conveniente se ha vuelto para algunos, negar la existencia de vida como solución a problemas que pueden y deben ser resueltos tanto para la madre como para el niño no nacido”, indicó Francisco.

Para el jerarca de la Iglesia católica, es necesario que se reduzcan las sanciones a los países que las tienen, con el objetivo que sus gobiernos puedan apoyar de forma adecuada a las poblaciones durante la crisis.

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Francisco se refirió también con preocupación a las carreras armamentistas. Señaló que hay que desmantelar las lógicas perversas que atribuyen a la posesión de armas la seguridad personal y social.

“Tales lógicas solo sirven para incrementar las ganancias de la industria bélica alimentando un clima de desconfianza y de temor entre las personas y los pueblos. En particular, la disuasión nuclear fomenta un espíritu de miedo basando en la amenaza de la aniquilación mutua que termina envenenando las relaciones y obstruyendo el diálogo”, aseveró el papa.

El discurso de 26 minutos finalizó con una reflexión: “De una crisis no se sale igual: o salimos mejores o salimos peores, por ello en esta coyuntura crítica, nuestro deber es repensar el futuro de nuestra casa común, una tarea que requiere honestidad y confianza en el diálogo”.

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