El estudio 'inicio de la corriente circumpolarantártica moderna en el Mioceno tardío', publicado por el Imperial College de Londres (Reino Unido), el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC) y la Universidad de Barcelona (UB), alerta sobre la vulnerabilidad de la corriente oceánica antártica ante el cambio global, desafiando la visión clásica sobre su origen.
Según comunicado la UB, que lidera el estudio, este lunes, la corriente circumpolar antártica funciona como un gran motor regulador del clima del planeta y siempre se había pensado que su origen causó la formación de hielo permanente en la Antártida hace unos 34 millones de años.
Sin embargo, este trabajo pone en duda la teoría sobre su desarrollo en el pasado y se plantea lo que podría suponer para el mundo a medida que el clima cambie.
"Hasta ahora se pensaba que la corriente polar impulsó la formación de los hielos en la Antártida. Nuestro estudio revela que la corriente oceanográfica es muy posterior al inicio de la glaciación antártica", explica el profesor Dimitris Evangelinos, primer autor del estudio.
El experto afirma que este descubrimiento "revela que esta corriente es muy sensible frente a los cambios en las condiciones climáticas ", una condición que "pone en riesgo la protección climática del supercontinente helado".
Además de conectar las tres cuencas principales del océano Austral (Atlántico, Pacífico e Índico), esta masa de aguas polares regula el transporte de nutrientes y energía hacia las regiones de latitudes bajas.
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"El Ártico es la región planetaria con mayor impacto por el calentamiento global . En la Antártida los efectos no son tan intensos por el aislamiento térmico que genera la corriente circumpolar antártica, que evita la llegada de aguas cálidas al continente blanco", detalla la catedrática Isabel Cacho, del Departamento de Dinámica de la Tierra y del Océano de la UB.
Este estudio, publicado en la revista Nature Geoscience, desafía la hipótesis más aceptada, que establece la aparición de la corriente circumpolar antártica una vez la tectónica de placas separó el continente antártico del sudamericano y abrió los pasajes de Drake y de Tasmania en el océano Austral.
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"Esto significa que los hielos en la Antártida se formaron previamente a la existencia de la corriente circumpolar antártica, que no es la causa de la glaciación antártica, sino la consecuencia de la formación de los hielos", agrega la investigadora.
El trabajo abre nuevas perspectivas para la comprensión de la interacción entre la corriente circumpolar antártica y la capa de hielo antártica, algo que permitiría comprender la dinámica oceánica actual y futura del océano Austral en épocas del pasado y ante el desafío del cambio climático. EFE
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