En Sala de Prensa Blu, Augusto Reyes, manager político, habló sobre el consejo de ministros que se llevó a cabo el pasado martes 4 de febrero.
Augusto Reyes abordó la crisis actual que enfrenta el Gobierno de Gustavo Petro, especialmente en relación con la reciente intervención del senador Armando Benedetti
en el consejo de ministros. Reyes, quien tiene un magister en comunicación estratégica de la Universidad de Georgetown, opinó que a pesar de que el presidente Petro intenta controlar la narrativa del Gobierno, la situación se ha tornado muy complicada.
Reyes subrayó que la reciente "puesta en escena" del consejo de ministros fue completamente descontrolada. “Cuando uno enciende la cámara, no se sabe qué puede pasar; y eso fue lo que ocurrió en esta ocasión.” Esta falta de control sugiere una decisión estratégica errónea, impulsada por Petro y Benedetti, quienes buscaban generar una imagen de unidad y fuerza, pero lo que resultó fue una espectacular exposición de la crisis y tensión interna.
Además, comparó la situación con el manejo en un debate político, donde un buen moderador puede prevenir conflictos; en este caso, “no había un moderador, solo un agitador”. La decisión de tener a Benedetti cerca de Petro en el Consejo fue, según Reyes, una elección que solo exacerbó las emociones. “El rol de Petro no era de moderador; era de agitador, evidenciando las tensiones entre los miembros del gabinete.”
Consecuencias y cálculos políticos
A partir de este escenario, la discusión se centró en las consecuencias políticas que esto podría tener. Reyes mencionó que detrás de cada acción hay un cálculo político. “Petro sabe que su Gobierno no va bien; tiene que crear una narrativa de que él quería el cambio, pero quedó solo. Este tipo de narrativa, aunque puede generar empatía en algunos círculos, también puede ser un intento fallido que podría volverse en su contra.
La percepción pública es crucial, y Reyes concluyó que la imagen del Gobierno de Petro
podría quedar dañada si se percibe que no tiene un equipo competente o solidario. "Es la imagen más despreciable y una falta de liderazgo", afirmó. Este tipo de comunicación refleja no solo la falta de cohesión en el equipo, sino que también responde a una estrategia donde las culpas se distribuyen de forma tal que no recaigan en el presidente mismo, algo que en política puede ser muy peligroso.
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