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La reunión entre los presidentes Joe Biden y Gustavo Petro dejó una serie de compromisos políticos, económicos, ambientales, estratégicos y energéticos que marcarán la agenda bilateral de los próximos años.
El primer gran compromiso suscrito por los dos países tiene que ver con la lucha contra el cambio climático, en el que la protección de la Amazonía es uno de los puntos centrales. Habrá cooperación para buscar apoyo internacional.
En materia de prosperidad económica, los compromisos están dirigidos a mejorar las oportunidades económicas y sociales en las Américas e incluso sobre la creación de buenos empleos, con derechos sociales, sostenibilidad económica e inclusión.
Los dos gobiernos hablaron sobre temas que son clave para la integración regional, entre ellos, el de avanzar en la interconexión eléctrica en las Américas, para reducir los costos de la energía y reducir la dependencia de energía proveniente de los hidrocarburos.
“Igualmente, el presidente Petro y el presidente Biden acordaron tomar medidas para acelerar la transición hacia energías limpias, descarbonizar nuestras economías, y promover fuentes de energía renovables que nos permitirán sentar las bases de una economía incluyente y de igualdad”, indicaron en una declaración conjunta.
De la misma manera, los dos gobiernos expresaron su voluntad para trabajar en materia de preservación la democracia, las libertades y los derechos humanos en un rechazo conjunto al autoritarismo y las agresiones entre las naciones “incluyendo la violación de la integridad territorial de Ucrania por Rusia en contra del derecho internacional, en tanto se reiteró el llamado urgente para lograr una paz estable y duradera”.
Por último y no menos importante, los dos gobiernos hablaron sobre la paz en Colombia. Estados Unidos reiteró su apoyo a la implementación de los acuerdos de paz apostando al desarrollo rural y agrícola de Colombia.
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Y en lo que tiene que ver con la lucha contra el narcotráfico, las dos naciones coincidieron en que la estrategia debe sumar esfuerzos para “perseguir a los verdaderos dueños y facilitadores de este negocio en sus jurisdicciones, y perseguir las finanzas ilícitas”.
Habrá cooperación de Estados Unidos para “transformar los territorios con presencia de cultivos de coca, para superar las condiciones de vulnerabilidad de las comunidades rurales, indígenas y afrocolombianas, permitiendo su verdadera inserción en el desarrollo sostenible del país y potenciando su rol fundamental en el cuidado del medioambiente y la biodiversidad”, según el documento conjunto.
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