La Universidad Nacional de Colombia, la institución de educación superior pública más importante del país, atraviesa un momento de profunda incertidumbre y agitación, con dos rectores en disputa y un fallo del Consejo de Estado que ha avivado el debate sobre la autonomía universitaria y la democracia académica.
En medio de este complejo panorama, Leopoldo Munera, quien se posicionó como rector, ha reafirmado su compromiso con la universidad y su decisión de no renunciar, mientras se espera una próxima definición judicial crucial para el futuro de la alma máter.
La situación se intensificó con el reciente fallo del Consejo de Estado que validó la elección del profesor José Ismael Peña como rector, un veredicto que contrasta con la posición de Munera y que ha generado diversas reacciones dentro de la comunidad académica. Se estima que la resolución final sobre las demandas de nulidad contra la designación de Munera podría demorar entre dos y tres semanas, manteniendo a la universidad en un estado de expectación.
Esta declaración subraya la convicción de Munera en la legitimidad de su posición hasta que no exista una decisión judicial definitiva sobre su propia designación. La tensión se ha hecho palpable, no solo en los estrados judiciales sino también en las calles aledañas a la universidad.
"No he pensado en renunciar en la medida en que mi nombramiento tiene una presunción de legalidad, en que no hay restablecimiento del derecho, en el caso del profesor Peña, y que yo tenga un compromiso como con la universidad... En principio he pensado en esperar el fallo sobre las demandas de nulidad contra mi designación.", dijo.
Recientes disturbios protagonizados por encapuchados y actos de vandalismo han generado preocupación. Aunque algunos manifestantes señalaron que sus acciones eran en "defensa de la autonomía", Munera desvinculó estos hechos de su proceso de designación o del fallo judicial.
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