
Vivir en un conjunto residencial obliga a los habitantes a cumplir ciertas normas estipuladas en el reglamento interno. Algunas acciones pueden ser duramente penalizadas, incluso cuando para muchos no tienen sentido sancionarlas.
Un ejemplo común es cuando un vehículo queda pinchado o varado, y el propietario debe cambiar la llanta. Surge entonces la duda: ¿es posible hacerlo estando estacionado en el parqueadero?
Según la Ley 675 de 2001, que regula la propiedad horizontal y el uso de los parqueaderos en conjuntos residenciales, se establece que los parqueaderos de uso exclusivo forman parte del bien del copropietario o arrendatario.
Por ello, se entiende que pueden utilizarse libremente, siempre y cuando no afecten ni incomoden a terceros, y no comprometan la seguridad o limpieza del conjunto.
En ese sentido, aunque el parqueadero es un bien privado, su uso está sujeto a las normas internas del conjunto, especialmente en lo relacionado con actividades que puedan representar riesgos o molestias.

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Por lo tanto, reparaciones mecánicas o lavado de vehículos suelen estar prohibidos, salvo en casos urgentes como el cambio de una llanta, que permite que el vehículo pueda continuar su marcha y no represente un obstáculo para los demás residentes.
Si bien no hay una ley que impida expresamente este tipo de arreglos urgentes, sí es cierto que muchos reglamentos internos prohíben cualquier tipo de reparación, aunque algunos pueden permitir excepciones en casos puntuales.
¿Pueden multarlo por cambiar una llanta?
Cada conjunto cuenta con su propio reglamento, aprobado por la asamblea de copropietarios y registrado en notaría. Este documento debe especificar:
- El uso permitido de zonas comunes y privadas.
- Las restricciones o prohibiciones en el parqueadero.
- Las sanciones por incumplimiento.
En muchos reglamentos no se diferencia entre reparaciones complejas y actividades puntuales como cambiar una llanta. Esto ha generado interpretaciones excesivamente estrictas por parte de algunas administraciones.
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Por ello, se recomienda que los reglamentos incluyan cláusulas que permitan excepciones para reparaciones urgentes, evitando así conflictos innecesarios.
¿Puede la administración prohibir la reparación?
Si un residente necesita cambiar una llanta con urgencia y la administración se lo prohíbe, es importante tener en cuenta lo siguiente:
- Argumente que se trata de una necesidad puntual, que no representa riesgo ni molestias.
- Solicite una copia del reglamento interno para verificar si existe una prohibición específica.
- En caso de sanción o advertencia, puede acudir al comité de convivencia o a la asamblea de copropietarios.
- Si considera que se trata de una aplicación abusiva del reglamento, puede elevar el caso ante la Superintendencia de Notariado y Registro.
Recuerde que aunque muchos conjuntos prohíben reparaciones mecánicas, el cambio de una llanta puede ser considerado una urgencia, no está prohibido por ley y, siempre que se respeten las normas internas, puede realizarse como una práctica necesaria para garantizar la seguridad.