Mayor uso de efectivo en Colombia estaría ligado al narcotráfico, según estudio de Anif
El uso creciente del efectivo se concentra en regiones como Cauca, Nariño, Putumayo y el Catatumbo, zonas con alta presencia de cultivos ilícitos.
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Un nuevo estudio del centro de estudios económicos Anif advierte sobre una posible relación entre el aumento del uso de efectivo en Colombia y la expansión del narcotráfico. Aunque tradicionalmente se ha explicado el uso del efectivo por la alta informalidad laboral del país, el informe sugiere que el fenómeno puede estar también relacionado con el crecimiento del área cultivada de coca.
El análisis, que cubre el periodo entre 2000 y 2023, muestra que mientras la informalidad se ha mantenido relativamente estable, la participación del efectivo dentro de los agregados monetarios ha crecido, en especial desde 2017. Ese crecimiento coincide con un aumento récord tanto en cultivos de coca como en exportaciones de cocaína, que subieron un 50 % en el último año.
“Vimos que en las zonas donde más crecen los cultivos ilícitos también crece más el uso del efectivo. Eso sugiere que este tipo de estructuras criminales prefieren mover dinero en efectivo para permanecer fuera del radar del Estado”, explicó Fabián Suárez, jefe de estudios sectoriales de Anif, en entrevista con Mañanas Blu 10:30.
El informe no descarta otros factores que explican el fenómeno, como las prácticas de pequeños negocios que evitan el uso de tarjetas por los cobros adicionales, o el envío de remesas en zonas donde no hay buena cobertura bancaria. Sin embargo, Anif señala que esas variables no explican por sí solas el incremento.
Territorialmente, el uso creciente del efectivo se concentra en regiones como Cauca, Nariño, Putumayo y el Catatumbo, zonas con alta presencia de cultivos ilícitos y violencia asociada a grupos armados. “No estamos estableciendo una relación causal, pero los datos sí muestran una correlación preocupante que debe ser monitoreada”, agregó Suárez.
El estudio concluye que la economía del narcotráfico podría estar influyendo más de lo que se cree en el comportamiento financiero de ciertas regiones del país. Además, alerta sobre las consecuencias de esta dinámica: más dificultad para rastrear dinero ilícito y mayores riesgos para la seguridad y la estabilidad económica en zonas vulnerables.