Expansión del Clan del Golfo en Cúcuta: entre diálogos en Catar y anuncios de nuevas estructuras
Mientras el Gobierno Nacional negocia en Catar con las AGC, en Cúcuta el Clan del Golfo anunció la creación de un nuevo comando urbano, lo que genera dudas sobre el verdadero alcance de los diálogos de paz.
Mientras el Gobierno Nacional sostiene conversaciones con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) en Catar, en Cúcuta el Clan del Golfo anuncia públicamente la creación de un nuevo comando urbano. La denuncia fue hecha por el defensor de derechos humanos Wilfredo Cañizares, presidente de la Fundación Progresar, quien advirtió que los diálogos no pueden convertirse en una estrategia para que estas estructuras criminales continúen expandiéndose y consolidando su control en los territorios.
Según Cañizares, la presencia del Clan del Golfo en el área metropolitana de Cúcuta se remonta a diciembre de 2020, cuando alrededor de 60 hombres ingresaron por el corregimiento de Palmarito. Desde entonces, la organización ha desplegado un proceso de expansión que hoy se refleja en su consolidación en Cúcuta, Los Patios y El Zulia, tanto en zonas urbanas como rurales.
Clan del Golfo // Foto de referencia.
Crédito: En Otro Ángulo.
El defensor precisó que actualmente mantienen células armadas en estos tres municipios: entre 15 y 20 hombres en Cúcuta, agrupados en el recién anunciado comando urbano que apareció en un video difundido en redes sociales hace menos de ocho días; cerca de 10 en Los Patios; y unos 20 en El Zulia. Todo ello responde a un plan de expansión diseñado por 'Otoniel', antes de su entrega a las autoridades, y que hoy ejecuta su sucesor, 'Chiquito Malo', en la región nororiental del país.
El interés estratégico del Clan del Golfo en el área metropolitana está centrado en el control del microtráfico, particularmente en los cerca de 90 puntos de expendio de droga que existen en la zona. Según Cañizares, la organización busca monopolizar este mercado local como fuente principal de financiamiento.
Pese a la cercanía con Venezuela, hasta el momento no hay evidencias de que estas estructuras hayan intentado establecerse del otro lado de la frontera. Sin embargo, Cañizares alertó que la verdadera amenaza radica en la contradicción entre los anuncios de paz y la expansión criminal en terreno.
“El Gobierno debe decidir si permitirá que, mientras negocian en Catar, estas organizaciones usen el diálogo como un salvavidas para crecer, desaparecer personas, desplazar comunidades y seguir controlando el narcotráfico”, señaló. Agregó que es urgente exigir a los grupos armados un cese de hostilidades y una disminución real de la violencia contra la población civil.
La advertencia de Cañizares refleja un escenario complejo: el riesgo de que los procesos de diálogo, en lugar de traer alivio a las comunidades, terminen siendo instrumentalizados por las estructuras armadas para legitimarse y expandirse.