Por qué no se pudo salvar a Omaira: el relato del periodista que presenció su agonía
El periodista y escritor Germán Santamaría, quien acompañó a Omaira en Armero, relata los momentos finales de la niña y la impotencia que marcó uno de los episodios más dolorosos del país.
Omayra Sánchez quedó enterrada en el lodo en la tragedia de Armero. Fue imposible su rescate.
En entrevista en Blu Radio contó lo que pasó, marcado por el dolor y la impotencia de aquellos días, de manera que ayuda a comprender una pregunta que ha acompañado a Colombia durante casi cuatro décadas: ¿por qué no se pudo salvar a Omaira?
Santamaría recuerda el momento exacto en el que la vio por primera vez, de pie entre aguas turbias, aferrada a la vida. “Cuando vi la niña ahí y había solamente un socorrista y un policía… no había nadie más”, contó. Su sorpresa fue inmediata y sus preguntas también: “¿Y esto qué pasó?”.
La respuesta del socorrista fue tan clara como devastadora: “La niña está aquí, no se puede sacar”. Ante la insistencia del periodista, recibió la explicación que aún hoy estremece: “El techo de su casa había colapsado, la plancha, y la había atrapado de la cintura hacia abajo… estaba ahí apabullada, aprisionada con la masa de la plancha de la casa”.
Omayra Sánchez quedó enterrada en el lodo en la tragedia de Armero. Fue imposible su rescate.
Foto: AFP.
La escena se volvía más dramática a cada minuto. “El agua subía… tenía el agua hacia el pecho”, relató Santamaría. La losa no se veía porque estaba cubierta de lodo, y cualquier intento de moverla era inútil. El reportero recuerda que la niña, en medio de su fortaleza, decía que no estaba atrapada; tal vez porque ya no sentía las piernas.
Ese día, Santamaría apenas se permitió hacerle una sola pregunta: “¿Cómo te llamas?”. “Omaira Sánchez”, respondió ella. “No quise hacerle más preguntas, porque cualquier pregunta sería una canallada”, confesó el periodista, conmovido al recordar lo que definió como el reportaje “más tristemente fácil” de su vida.
Durante horas observó los intentos desesperados por rescatarla. “Pedían una motobomba para sacar el agua, pero era como intentar vaciar el mar”, dijo. Aun así, decidió regresar a Bogotá para conseguir una. “Le dije a Juan Manuel Santos (entonces subdirector de El Tiempo): ‘vaya a conseguir una motobomba’. Y la consiguió”, narró.
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Cuando volvió a Armero, el tiempo ya había hecho lo suyo. “Cuando vi que se estaba deteriorando, el médico me dijo: ‘Se va a morir’. Yo le respondí: ‘No quiero verla morir’, y me alejé unos metros”. La situación era irreversible. Santamaría recuerda con dureza ese instante: “Yo no soy Dios, ni soy médico. No podía decidir si amputarle las piernas. Solo dije: ‘Suéltenla’”.
Omaira murió minutos después, frente a quienes nunca la dejaron sola. Tras ello, Santamaría y el fotógrafo Carlos Caicedo la cubrieron con piedras y escombros. “Lloramos los dos. Fue el periodismo más duro que he hecho en mi vida”, reveló.