El Servicio Geológico Colombiano (SGC) informó que el Volcán Nevado del Ruiz tuvo un episodio de emisión de ceniza, anoche a las 9:50 de la noche, la cual estuvo acompañada de incandescencia en su cráter Arenas.El reporte de esta entidad que monitorea los volcanes en Colombia también señala que la columna de gases y material particulado alcanzó una altura de 2.000 metros, medida desde la cima del edificio volcánico.Este ceniza, por la dirección de los vientos a esa hora, se dispersó con dirección hacia Manizales y Villamaría , donde, en la madrugada y la mañana de este jueves, se ha registrado caída de ese material volcánico.El SGC reiteró que la emisión de ceniza y gases es un fenómeno recurrente por la inestabilidad del volcán y está contemplada dentro del nivel de actividad o alerta amarilla.Por último, la entidad indicó que no se descarta que se registren nuevos episodios sísmicos con emisiones de materiales a la atmósfera y que, de momento, el volcán continúa en nivel amarillo, que significa volcanes activo con constantes cambios en su comportamiento.Recuerde que solo debe estar atento a la información oficial emitida por el SGC, que es la única entidad que monitorea los volcanes en Colombia y de los medios que retransmiten esta información oficial.
En la mañana de este jueves 23 de enero habitantes de varios sectores en Manizales, reportaron caída de ceniza proveniente del Volcán Nevado del Ruiz.En barrios como La Enea, San Marcel, Milán, La Camelia, Palermo, entre otros, se evidenció presencia de este material o articulado sobre canaletas de los hechos, terrazas, vehículos y en las calles.Esta situación también originó que los Bomberos aeroportuarios tuvieran que hacer el lavado de la pista del Aeropuerto La Nubia, con el fin de que no se afecten la operación del primer vuelo del día que está programado para que aterrice a las 9:30 de la mañana proveniente de Bogotá.El Ruiz, recientemente, ha registrado varios episodios de emoción de cenizas y gases a la atmósfera, a través de su cráter Arenas, incluso en la mañana de ayer, habitantes del municipio de Villa Hermosa en el Tolima captaron imágenes de una fumarola de color gris claro, sobre dicho cráter.El Servicio Geológico Colombiano (SGC), a través de su Observatorio Sismológico y Vulcanológico de Manizales (OSVM) informó que el Ruiz viene registrando un aumento en la actividad de fluidos y explicó que es una situación normal por la inestabilidad en la que se encuentra este edificio volcánico.Desde mayo de 2012, el Volcán Nevado del Ruiz entró en actividad y desde ese entonces ha tenido permanentemente episodios de tremor volcánico, derivado en el fracturasmiento de rocas al interior, por lo cual se han registrado también enormes columnas de material particulado y gases.El Ruiz en varias ocasiones ha estado en nivel de actividad rojo, la última vez fue en marzo de 2023, cuando incluso tuvo episodios de incandescencia, que pudieron ser captados por satélites y cámaras que lo monitorean.Por el momento, el Ruiz continúa en nivel de actividad amarillo, que significa cambios constantes en su comportamiento y que requiere de que la comunidad esté atenta a la información emitida por el SGC, que es la única entidad que monitorea los volcanes en Colombia.
En la mañana de hoy, habitantes de Villahermosa, Tolima, alertaron sobre la presencia de una columna de humo visible desde el volcán Nevado del Ruiz. Las autoridades del Servicio Geológico Colombiano (SGC) y funcionarios del Parque Nacional Natural Los Nevados se encuentran evaluando la situación. Por el momento, la información está en desarrollo.Habitantes de Villahermosa, Tolima, grabaron el momento en que el humo salió del volcán. Actividad reciente del Nevado del RuizEntre el 14 y el 20 de enero de 2025, el volcán Nevado del Ruiz ha mostrado un comportamiento inestable, caracterizado por variaciones significativas en los parámetros monitoreados:Sismicidad por dinámica de fluidos: Se registró un incremento notable en la sismicidad de larga duración, relacionada con el movimiento de fluidos en los conductos volcánicos. Desde el 14 de enero, se observó un aumento en el número de episodios, su duración y la energía liberada, lo que coincide con emisiones continuas de ceniza.Emisiones de ceniza: Aunque las señales sísmicas asociadas a emisiones pulsátiles de ceniza disminuyeron levemente en cantidad, los niveles de energía liberada se mantuvieron estables. Las cámaras de monitoreo y los reportes de habitantes y funcionarios confirmaron varias de estas emisiones.Temperatura del material emitido: Se registraron cambios en la temperatura del material asociado con los eventos volcánicos recientes.El Nevado del Ruiz permanece bajo vigilancia constante debido a su historial de actividad volcánica significativa. Las emisiones de ceniza, junto con el incremento en la sismicidad, son indicadores de que el volcán mantiene su estado inestable. Sin embargo, las autoridades aún no han emitido una alerta mayor, mientras continúan recopilando información y monitoreando los eventos en tiempo real.El Servicio Geológico Colombiano recuerda a las comunidades cercanas al volcán seguir las indicaciones de las autoridades locales, mantenerse informadas a través de canales oficiales y evitar acercarse a las áreas restringidas en caso de un posible aumento de la actividad volcánica.
El trágico fallecimiento de Kevin Bocanegra el pasado 31 de diciembre en el Parque Nacional Los Nevados sigue levantando voces de indignación y reclamos por justicia. Su pareja, Jois Ramírez, ha hablado públicamente señalando negligencias por parte de las autoridades, las agencias responsables y las condiciones del lugar, además de denunciar el ataque que ha recibido a nivel personal. En un extenso mensaje, Ramírez destacó que su experiencia ha sido malinterpretada en redes sociales, dado su trabajo en plataformas digitales.En sus declaraciones, recogidas en redes sociales, Ramírez enfatizó que su intención al relatar los hechos no está relacionada con fines comerciales. “Yo narré mi versión porque fue una experiencia trágica e indigna. Quiero que la muerte de Kevin sea un precedente para los deportes de alto riesgo, pues no se debe normalizar la falta de auxilio ni la negligencia en estos entornos”, afirmó. Esta denuncia ha generado una división en redes sociales entre quienes apoyan su posición y quienes critican su manera de expresar su duelo.Denuncia de negligencia en la muerte de Kevin BocanegraEl Parque Nacional Los Nevados, conocido por sus rutas de senderismo y montañismo, fue señalado por Ramírez como negligente en atender adecuadamente emergencias durante el incidente que provocó el fallecimiento de Bocanegra.En su testimonio también destacó que ella misma y su madre estuvieron expuestas al peligro de forma extrema y que podrían haber fallecido en la misma jornada trágica.La pareja aseguró haberse preparado para la experiencia. Indicó que consultaron videos e información en línea, aunque finalmente optaron por confiar en una agencia especializada. A pesar de ello, Ramírez resaltó que hubo múltiples fallos: desde la capacitación insuficiente del personal hasta la ausencia de protocolos para emergencias en regiones de alta montaña. Según ella, no es la primera vez que ocurre una tragedia similar. “Esto debe servir para que otros se informen mejor antes de emprender este tipo de actividades, porque si algo sucede no habrá helicópteros ni auxilios efectivos que lleguen a tiempo”, advirtió.Estigmatización social y críticas hacia su duelo públicoAdemás de compartir la negligencia que percibió en el incidente, Jois Ramírez expresó su frustración por las críticas y prejuicios que ha recibido al discutir abiertamente su pérdida en plataformas digitales. Enfatizó que no está lucrando con la muerte de su pareja y que lleva años trabajando en el entorno de generadores de contenido. Parte de las críticas que Ramírez enfrenta, según señala, está vinculada a juicios sobre su profesión como creadora de contenido. Ante estas acusaciones, ella refutó: “Yo ya tenía constituidas unas redes sociales antes de conocer a Kevin, y él siempre estuvo orgulloso de mí. Jamás se avergonzó de mi trabajo”. También aclaró que las camisetas que compartió en honor a Bocanegra, como parte de una caminata conmemorativa en Bogotá, fueron pagadas de su bolsillo y destinadas únicamente a familiares y amigos cercanos. Su mensaje deja claro el desafío emocional que enfrenta.“No tengo por qué explicar cuál es mi proceso de duelo para que ustedes me crean. Nadie estuvo conmigo durante la situación, y no corresponde que intenten decirme cómo debería enfrentar mi pérdida”, enfatizó. Con esta declaración busca visibilizar la falta de empatía que siente por parte de algunos sectores ante su experiencia.Exigencia de responsabilidad en deportes de riesgoPara Ramírez, el caso de Kevin Bocanegra debe servir como un llamado de atención sobre las condiciones de seguridad en las actividades de alto riesgo. Planteó que se tomen medidas estrictas para evitar futuras tragedias, incentivando una mayor investigación previa y una planificación adecuada para quienes emprenden estos desafíos. Este relato también pone en cuestión la falta de infraestructura necesaria en escenarios de montañismo de alta dificultad. Ramírez insistió en que las autoridades y las empresas responsables deben asumir su papel en garantizar la seguridad de los turistas: “¿Por qué se normalizan estas situaciones en deportes así? Entiendo que son riesgosos, pero no pueden seguir ocurriendo muertes por falta de atención”.¿Un duelo marcado por incomprensión?Más allá de los reclamos hacia las agencias y autoridades, la experiencia de Ramírez también narra la carga emocional de vivir un duelo público. Denunció que el enfoque de muchos ha distorsionado el verdadero objetivo de su mensaje: “Busco que la muerte de Kevin sea un precedente y que no se tergiversen los hechos por mi trabajo”, declaró. Ramírez argumenta que las críticas hacia su profesión y su vida personal derivan de estigmas sociales profundamente arraigados que obstaculizan una comprensión genuina de su situación.Ramírez concluyó con un pedido a quienes consumen contenido en redes sociales para reflexionar sobre la empatía: “Si nombrar mi trabajo los ayuda a desviar la atención de lo importante, están perdiendo el punto. Lo esencial son las condiciones en las que Kevin murió”. Su declaración deja entrever la lucha entre el duelo personal, la exigencia de justicia y el peso del escrutinio público.
En hechos que son materia de investigación un joven de 25 años de edad falleció mientras realizaba un paseo en la parte alta del Parque de los Nevados, entre Quindío y Tolima.La víctima fue identificada como Kevin Hernando Bocanegra, quien se encontraba de excursión con su novia Julieth Ordóñez y su suegra Lorena Ramírez desde el 28 de diciembre en esta zona, provenientes de Bogotá. Hacia las 6:30 de la tarde del 31 de diciembre el joven manifestó complicaciones de salud que estarían relacionadas con el sistema respiratorio y los efectos que causan las extremas condiciones generadas por la alta montaña. Sobre las posibles causas del deceso se refirió Harold Arbeláez Castaño, director de gestión y desastres de la Cruz Roja en el Quindío."En este caso estamos hablando sobre los 4000 metros de altura, donde se encontraba el muchacho. Inicialmente se da allí el mal agudo de montaña. Este mal agudo de montaña desenlaza otros temas como es el edema pulmonar y el edema cerebral, los cuales si no se tratan en las primeras horas y minutos, pues termina casi siempre con el deceso de las personas".Entre las características físicas del mal agudo de montaña se registran dolor de cabeza, debilidad en el cuerpo, náuseas, vómito, tos con flema y/o sangre, presión en el pecho y, por último, genera un paro cardiorespiratorio.Debido a las condiciones de la zona, el cuerpo del joven fue trasladado a caballo hasta el Valle de Cocora, en Salento, Quindío, donde unidades de criminalística hicieron el respectivo levantamiento de los restos hoy a las 3:00 de la mañana para continuar con la investigación. Entre tanto, sus acompañantes recibieron atención, debido a las secuelas emocionales generadas por esta tragedia.La Cruz Roja también hizo un llamado a los visitantes del Parque de los Nevados para que eviten subir a esta zona sin la suficiente capacidad física para recorrer sus exigentes condiciones.
Omayra Sánchez fue la niña de 13 años cuyo rostro e historia se convirtió en un símbolo de la tragedia de Armero, ocurrida tras la erupción del volcán Nevado del Ruiz el 13 de noviembre de 1985.¿Qué sucedió con Omayra en Armero?Durante la erupción, una avalancha de lodo y escombros sepultó a Armero, atrapando a Omayra entre los restos de su casa. A pesar de estar atrapada por los escombros y sumergida hasta el cuello en agua contaminada, Omayra sobrevivió durante varios días. Su sufrimiento fue transmitido en vivo por televisión a todo el mundo, convirtiéndola en un rostro de la tragedia. Según lo relata la fundación Armando Armero, otros niños y adultos enfrentaron angustias similares en soledad o en lugares donde los reporteros no pudieron llegar. "Lo especial de Omaira fue la fortaleza, alegría y serenidad con las que afrontó el dolor de esos días, hablando con comunicadores, curiosos y personas que la rodeaban", señala la fundación. ¿Cuáles fueron las últimas palabras de Omayra Sánchez?Diferentes fuentes que cubrieron la tragedia de Armero y en el caso puntual que acompañaron a la pequeña niña durante las horas que pasó con vida sin poder salir de los escombros, recogieron sus últimas palabras, todas dedicadas a su mamá, Aleida Garzón.En una entrevista que le dio la vuelta al mundo Omayra dijo: "Madre, si me escuchas, quiero que reces por mí para que todo salga bien"; luego de ese momento la pequeña empezó a alucinar, hablaba de su escuela y finalmente falleció a pesar de los esfuerzos de quienes intentaron rescatarla. Omayra Sánchez nació en Armero el 28 de agosto de 1972, hija de Álvaro Enrique Sánchez y Aleida Garzón. Cursaba el primer grado de secundaria en el colegio La Sagrada Familia y se preparaba para sus exámenes finales cuando la avalancha la arrastró, junto con su padre, su tía Yinet Soliria y su prima de solo 45 días de nacida. Álvaro Enrique alcanzó a poner a salvo a su hijo, pero Omayra, que se refugió bajo la cama junto con su tía y su prima, quedó atrapada. Su hermano logró sobrevivir, pero su padre, su tía y Omayra fueron víctimas de la avalancha implacable de lodo y piedras.Según cuenta la fundación Armando Armero la imposibilidad de rescatarla con vida se debió a la falla en las motobombas. "Quienes la conocieron aún la recuerdan con su uniforme a cuadros, caminando desde el barrio Santander hasta el barrio 20 de Julio, donde se encontraba el colegio La Sagrada Familia. Allí se destacaba como la mejor estudiante, soñaba con ser arquitecta y era muy aplicada en sus estudios, según sus compañeros. Además, amaba la música y el baile, pasión que se reflejaba en las danzas que más disfrutaba: el bunde tolimense y el sanjuanero, que interpretaba con entusiasmo en el colegio". ¿Por qué su historia tuvo tanto impacto? La historia de Omayra conmovió al mundo debido a varios factores:Su valentía y esperanza: A pesar de su terrible situación, Omayra mantuvo una actitud positiva y esperanzadora, pidiendo a los rescatistas que ayudaran a otras personas atrapadas antes que a ella.La impotencia de los rescatistas: La imposibilidad de salvar a Omayra, a pesar de los esfuerzos de los equipos de rescate, generó una gran sensación de frustración y tristeza.La cobertura mediática: La transmisión en vivo de su sufrimiento permitió que millones de personas en todo el mundo fueran testigos de su agonía, lo que intensificó el impacto emocional de la tragedia.
El 13 de noviembre de 1985, Armero quedó sepultado luego de la explosión del volcán Nevado del Ruiz. El doctor Rodrigo Meléndez, quien fue allí como voluntario aquella vez, recordó la tragedia como un hecho “totalmente caótico” y “desolador”.“Uno sentía que estaba ante el desierto del Sahara. Había una desolación total y uno veía cantidad de personas pidiendo ayuda. Empezamos a organizar equipos de rescate”, contó en diálogo con Los Informantes de Caracol Televisión.Ese día, cuando llegó a la zona junto con otros compañeros, se organizaron para poder rescatar y ayudar a la mayor cantidad de personas posible. Muchas de estas, dijo, suplicaban a gritos que las salvaran.Fue en medio de esto que su vida cambió, cuando fue a ayudar la señora Elena, una mujer que estaba a punto de dar a luz entre el lodo y los escombros del ya destruido Armero. Según dijo, ella solo pedía ayuda y “se quejaba mucho de los dolores de parto”.“Rompió fuente, fue rápido el parto. Salió la chiquita, salió bien y cuando la tuve en mis manos dije: ‘Dios, Rodrigo, cómo le voy a cortar el cordón umbilical’. No hubo más, con los cordones de los zapatos; ahí como se pudo con una navaja”, narró.Ahí, en una camilla y con lo poco que tenían al alcance, nació Consuelo Rodríguez, una bebé que se convirtió en un símbolo de esperanza en medio del desastre que dejó el volcán.“Fue una esperanza muy grande ver que entre la muerte renacía la vida”, sentenció el doctor Meléndez.Luego de esto, madre e hija fueron llevabas a un hospital para ser atendidas y, 38 años después, Consuelo, quien recibió ese nombre para recordar lo ocurrido, y el doctor Meléndez se reencontraron.Fue en los estudios de Caracol Televisión donde este emotivo encuentro se dio; ninguno de los dos lo sabía.Con nervios, pero con una innegable felicidad, ambos se saludaron, se dieron un abrazo y empezaron a recordar todo lo que pasó aquella vez. Consuelo, por su lado, le pidió a Meléndez que le contara cómo fue que ayudó a su mamá. Él, con una sonrisa, le entregó todos los detalles que recordaba.Vea la historia completa aquí:
"Pequeño pero picoso" es la definición que le otorga la geóloga Gloria Cortés al volcán Cerro Machín, una formación "atípica" ubicada en el centro de Colombia, donde predominan las cumbres nevadas de mayor altura. Este, en cambio, es un volcán bajito "pero altamente explosivo" y un reto para el país, que todavía recuerda la tragedia de Armero.El Machín está a 2.750 metros, ubicado en el departamento del Tolima, en el centro del país. Según los estudios, su última erupción fue hace 800 años, pero la vulcanóloga del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Manizales, del Servicio Geológico Colombiano (SGC), recuerda en que es un volcán activo.En estos ocho siglos la vegetación ha crecido alrededor del volcán, que pasa desapercibido como una montaña más si uno no sabe que está ahí, durmiendo entre cimas. Aunque no se puede predecir cuando se producirá su próxima erupción, los expertos alertan que será muy violenta.La singularidad del MachínOtra de sus particularidades es su cráter, de 2,5 km, que forma una especie de tapa con mucha vegetación y al que se puede acceder fácilmente."En el caso de una nueva actividad en la que venga mucho magma desde profundidad, buscando llegar a la superficie y hacer erupción, lo primero que tendría que hacer es botar esta tapita para quedar libre y empezar a salir todo el material de la erupción", describe la experta.Prueba de la capacidad explosiva del Machín son los depósitos de lahares que han dejado sus erupciones, los más grandes de Colombia.El lahar es el flujo volcánico compuesto de varios materiales, entre ellos agua, que se desplazan por los cauces de quebradas y ríos tras una explosión, y que suponen uno de los mayores peligros tras una erupción por su capacidad destructiva.Algunos de los rastros del volcán datan hasta de 9.000 años de antigüedad, según los expertos.A pesar de esta peligrosidad, en el cráter sigue viviendo gente e incluso hay una escuela donde estudian niños. Y más allá, en su área de influencia, hay poblaciones que han construido una vida alrededor del volcán como Cajamarca, Anaime, Coello, Toche y Tapias.En su área de influencia se estima que viven un millón de personas y también afectaría el Túnel de La Línea, por donde se mueve cerca del 50 % del comercio colombiano. Además, está muy cerca del río Magdalena, el más grande de Colombia."Nosotros los consideramos como un paciente, y un paciente de mucho cuidado", añade la geóloga.Evitar un desastreEl fantasma de Armero sigue presente en el imaginario colombiano después de la tragedia de 1985 cuando el volcán Nevado del Ruiz hizo erupción y el deshielo de sus glaciares provocó una avalancha que sepultó la ciudad de Armero, en el departamento del Tolima, matando a más de 23.000 personas."Cajamarca -que está a tan solo 7 kilómetros del volcán- es al Machín lo que Armero fue al Ruiz", recuerda Cortés, quien además tiene una estrecha relación con este último.El día de la erupción tenía que haber hecho una excursión a Armero como parte de sus estudios de Geología, pero un examen la salvó de la tragedia, en la que murieron muchos de sus amigos y compañeros y que la acabó empujando a estudiar volcanes para evitar otra catástrofe."Tenemos que aprovechar las lecciones aprendidas como el Ruiz, que fue una erupción geológicamente no tan grande, pero que generó un desastre por alta exposición, vulnerabilidad y por no haber hecho una gestión de riesgo exitosa", y ese es el reto, según Cortés.El Machín, "además de ser tan explosivo está ubicado en una zona neurálgica de Colombia, casi en el corazón. De hacer una erupción como las que ha hecho en el pasado (...) tenemos que prepararnos para el peor escenario y tenemos que estar a la altura en esas acciones de gestión de riesgo" cuya meta es salvar vidas."Una gran erupción no tiene que ser sinónimo de un gran desastre, porque el ser humano puede hacer la diferencia. No podemos tapar el cráter de un volcán, pero si movilizarnos con las medidas prácticas como la evacuación", insiste la geóloga.Cortés concluye subrayando que no tienen una bola de cristal para predecir el futuro, pero están seguros en algún momento volverá a hacer erupción: "Los volcanes tienen su carácter y la tendencia a repetir en futuras erupciones el comportamiento que ha sido usual hace miles de años".Quizás nosotros no lo presenciamos, ya que un millar de años es un pestañeo en el tiempo de vida que tiene el planeta, explica la experta; pero, por si acaso, el Servicio Geológico Colombiano actúa como vigilante incansable de este pequeño peligro que duerme en Colombia.
Los bomberos de Manizales y la Unidad de Gestión del Riesgo están adelantando la búsqueda de cinco jóvenes que están reportados como desaparecidos en zonas aledañas al Volcán Nevado del Ruiz desde el pasado domingo.Los familiares de las victimas dieron aviso a las autoridades en la mañana de este martes, luego de ver que sus seres queridos no regresaron ni el domingo ni ayer, lunes festivo, a sus casas.La zona en la que estarían Ruben Jaramillo, Fabián Martínez, Víctor Gutiérrez, Julio Beltrán y David Arango es agreste y de difícil acceso, por lo que fue necesario llevar un equipo de rescate de alta montaña.Los jóvenes desaparecidos pertenecen a un club de levantamiento de pesas que tiene sede en el barrio Bengala, en el norte de Manizales y se conoce como Los Espartans.
De acuerdo con el más reciente reporte entregado por el Servicio Geológico Colombiano, el volcán Nevado del Huila ha presentado un aumento en su actividad sísmica, situación que obligó a las autoridades de emergencias a mantener la alerta amarilla.Asimismo, el río Páez registra aumento en su caudal con grandes cantidades de lodo y, de inmediato, se activaron los planes de contingencia y monitoreo permanente en varios municipios del occidente del Huila.“Existen varias causas posibles que podrían estar afectando el nivel del río, entre las que se encuentran el deshielo de glaciares y nieves perpetuas, los desprendimientos y lahares (flujos de lodo y escombros volcánicos), y la liberación de agua subterránea”, explicó Juan Sebastián Samboní, geólogo de la Oficina de Gestión de Riesgo del departamento.La Oficina de Emergencias les hizo un llamado a las comunidades de los municipios bañados por el río Páez y de la zona de influencia del volcán Nevado del Huila, estar atentas y reportar de manera oportuna cualquier eventualidad.