Cómo no caer en el síndrome del impostor: reflexión de Alberto Linero

Una de las manifestaciones de la baja autoestima es sentir que no se merece ninguna recompensa por el esfuerzo que se realiza. Fruto de la hipercrítica perfeccionista que en su niñez recibieron y la constante evaluación negativa estas personas de baja autoestima se han convencido de que, no merecen ningún premio por lo que hacen y cuando lo obtienen supone que es fruto de la condescendencia de los otros o simplemente un error de la vida.Aquí es cuando se habla del síndrome del impostor. Esa sensación constante de inseguridad que no le permite reconocer y disfrutar los logros laborales. Suponen estas personas que sus logros son frutos del engaño a sus compañeros de trabajo, le están haciendo creer que son buenos en esa actividad cuando realmente no lo son. Estas personas dudan de sus habilidades y capacidades, y ante la evidencia objetiva que obtienen en sus trabajos prefieren creer que se trata de un engaño. Julia Martins cree que las manifestaciones más evidentes son: Dudar de uno mismo, no ser capaz de evaluar de manera realista tus propias habilidades y competencias, atribuir tu éxito a factores externos, como la suerte. Sientes que no mereces tu éxito. Tener miedo de no ser lo suficientemente bueno sabotear tu propio éxito inconscientemente estar desconectado de los miembros del equipo.Los especialistas consideran que para superarlo es necesario: 1. Centrarse en las evidencias objetivas. No entrar en mayores análisis sino aceptar el éxito como tal y dar gracias por él. 2. Esforzarse por tener un diálogo interior positivo centrado en las habilidades que se tiene. 3. Buscar ayuda profesional que te apoye en la reflexión de tu trabajo y te ayude a gestionar mejor tus emociones.Creo que una buena experiencia espiritual te ayuda a descubrir quién eres y a entender que Dios no hace basuras y que tú tienes grandes cualidades que son las que ocasionan tu éxito.