El fin del cese el fuego con el Clan del Golfo pone a prueba la paz total del Gobierno Petro

La decisión del presidente Gustavo Petro de ordenar la reanudación de operaciones de la Fuerza Pública contra el Clan del Golfo, que era un clamor de muchos sectores del país, pone a prueba la “paz total” del gobierno nacional.La “gota que rebosó la copa” del presidente este fin de semana, fue la ofensiva del Clan del Golfo contra la Policía y contra la población civil en el Bajo Cauca, en donde fueron incinerados siete vehículos en la carretera entre Medellín y Cartagena y atacaron con fusil a miembros de la Fuerza Pública.La orden del presidente Petro fue clara en su visita a Caucasia este lunes festivo: La Fuerza Pública debe copar los territorios para proteger a los mineros artesanales, la ofensiva armada se mantendrá pero con una serie de decisiones sociales para garantizar los derechos de la población civil, entre ellos, la posibilidad de crear un título minero colectivo y convocar a una gran mesa para discutir la situación de las personas instrumentalizadas por el Clan del Golfo.Con absoluto cinismo, los criminales del Clan del Golfo emitieron un comunicado negando su responsabilidad en las acciones violentas relacionadas con el paro minero, afirmación que fue desmentida por el Ministro de Defensa Iván Velásquez y por la cúpula militar, que el domingo en la noche le hablaron al país tras la orden presidencial.Esta es la primera vez en siete meses del gobierno del presidente Petro en la que se ordena una ofensiva contra un grupo armado irregular, en este caso en contra de uno de los principales factores responsables de la violencia del país tras su fortalecimiento por medio del narcotráfico, la minería ilegal y otras actividades criminales.Por eso es clave lo que pase con este grupo que hoy no pareciera interesado en sumarse a la paz total mediante la ley de sometimiento y que de manera simultánea, ha expandido sus tentáculos por todo el país, al punto de que hoy según los informes más recientes, cuenta con 4 mil hombres, convirtiéndose en uno de los grupos armados más poderosos en el país.Escuche la opinión de Ricardo Ospina: