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Empiezan las novenas: más allá de panderetas, risas y fiesta, fortalezcamos el sentido reflexivo

La mejor manera de prepararse para la noche de Navidad es tener un corazón leal, sincero, solidario, capaz de perdonar y fuerte para que siga palpitando.

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Alberto Linero
Cortesía.

A la nanita nana se escuchará a lo lejos; mientras, en mi hogar, el Tamborilero ocupará todos los rincones. Este jueves se inicia el ritual anual de las novenas navideñas, en oficinas, centros comerciales, hogares y, por supuesto, en los templos.

Las hay de todo tipo, las más espirituales, las que reparten buñuelos y natillas, las que terminan en fiesta las que empiezan en las madrugadas y otras al iniciar la noche. Acá están todos invitados, los creyentes, y los que no, porque lo importante resulta ser compartir un buen sentimiento con lo que son más queridos.

La novena es una práctica que tiene su sentido religioso en los 9 días que pasó la comunidad cristiana en oración entre la Ascensión y Pentecostés. La actual novena de aguinaldo fue creada por el Fray Fernando de Jesús Larrea, un franciscano quiteño, quien la escribió para que fuera fuente de meditación para las estudiantes del colegio de La Enseñanza en Bogotá y publicada en 1.743, luego la madre María Ignacia la modificó y le agregó los gozos, eso que son fuente de alegría para los más chicos.

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Más allá de las panderetas, las risas y la fiesta, fortalezcamos el sentido reflexivo de las novenas, ese espacio que nos ayuda a interiorizar, en comunidad, el sentido que le estamos dando a nuestra vida, agradecer la presencia de las personas que amamos y gozar el pare que nos permite compartir la vida. Son días que pueden transcurrir evaluando lo vivido a lo largo de este año, reconocer el crecimiento que hemos tenido y de nuevo, agradecer y agradecer lo recibido. Aprovechemos para generar planes de acción que proyecten lo que hemos construido. Me gusta pensar que la mejor manera de prepararse para la noche de Navidad es tener un corazón leal, sincero, solidario, capaz de perdonar y fuerte para que siga palpitando en los caminos que seguimos recorriendo.

Con los villancicos, esos bellos cantos de versos extraños y de imágenes bucólicas nos acompañan a que generemos la reflexión que nos lleve a mejores actitudes. Sabiendo que emular toda experiencia cristiana siempre será un compromiso con la justicia social y las propuestas de equidad que permitan a todos vivir dignamente.

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Escuche la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU:

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