Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Reciba notificaciones de Blu Radio para tener las principales noticias de Colombia y el mundo.
No activar
Activar

Publicidad

La vida no se trata de ganar discusiones, sino de cuidar el alma: reflexión de Linero

En un mundo ruidoso, lleno de gritos, provocaciones y opiniones vacías, la verdadera fortaleza está en la serenidad.

Alberto Linero (1).jpg
Alberto Linero
Foto: Blu Radio

Existen personas que parecen especialistas en buscarte pleito, en provocarte, en generarte emociones tóxicas que te empujan a reaccionar de forma irracional. Son esas voces que insisten, que presionan, que dicen justo lo que saben que te enardece. Y no están solo en la vida pública del país; también aparecen en la familia, en el trabajo, en los espacios cotidianos.

Por eso, necesitamos entender que no todo merece atención , que no podemos engancharnos emocionalmente con cada provocación, ni permitir que nos manipulen con su manera de actuar.

Lo que necesitamos es cultivar una sana distancia emocional, aprender a observar sin reaccionar de inmediato, a reconocer lo que nos afecta sin permitir que eso nos domine. No se trata de huir de los conflictos ni de guardar silencio ante la injusticia, sino de decidir con libertad cuándo, cómo y por qué responder. Quien vive siempre a la defensiva se desgasta, pierde paz, y termina invirtiendo energía en batallas que no edifican nada.

Hay personas que se alimentan del caos, que necesitan que otro pierda el control para justificar su propio desorden interno. Y si tú no aprendes a gestionar tus emociones, ellos terminarán haciéndolo por ti. Por eso, saber cuándo guardar silencio, cuándo soltar, cuándo simplemente no reaccionar, es una muestra de inteligencia emocional y madurez espiritual.

Publicidad

En un mundo ruidoso, lleno de gritos, provocaciones y opiniones vacías, la verdadera fortaleza está en la serenidad. En no necesitar demostrar nada, en saber quién eres y no permitir que nadie te arrastre a su drama. Poner límites también es una forma de amor propio . No engancharse con todo lo que se dice no es indiferencia, es sabiduría.

He aprendido que no todo lo que se dice merece respuesta, ni toda energía debe ser invertida. Hay que elegir las batallas con sensatez, discernir en qué vale la pena comprometerse emocionalmente y, a veces, entender que lo más valiente es retirarse a tiempo.

Al final, no se trata solo de ganar discusiones, sino de cuidar el alma . Y hoy más que nunca, eso es urgente. No permitamos que nos roben la paz, elijamos la serenidad, el silencio que edifica, la respuesta que construye y, sobre todo, el autocuidado emocional como acto profundo de dignidad.