Me arde la eliminación de la Selección, entiendo a los hinchas, pero debemos ser conscientes
Desde la antigüedad somos buenos crucificando a los otros. Ahora más si se trata de deportistas que encarnan las ilusiones que tenemos en la vida
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Somos buenos para criticar y destruir a aquellos que no han logrado los objetivos que prometieron lograr y no pudieron. Desde la antigüedad somos buenos crucificando a los otros. Ahora más si se trata de deportistas que encarnan las ilusiones que tenemos en la vida. Esto está pasando con los integrantes de la Selección Colombia que quedó eliminada del Mundial.
Entiendo el dolor de los hinchas, yo mismo estoy ardido por la derrota, pero tenemos que ser muy conscientes de la condición humana, en la que hay limitaciones, errores, decisiones equivocadas y no siempre acertamos.
Seguro hay que hacer una evaluación y encontrar cuáles fueron las causas de este fracaso. Hay que revisar las decisiones que tomaron los directivos, la actuación del líder del equipo y el comportamiento de los jugadores tanto en la cancha como en el camerino, pero no se puede dejar que nuestra frustración se vuelva combustible para destruir a los miembros de la selección.
Tenemos situaciones más complejas, con sinceridad, que enfrentar y tratar de solucionar. Hay paradojas que expresan lo complejo que somos los humanos. Por ejemplo, le escuché a una persona decir que el culpable de todo era el arquero Ospina por el error en el partido contra Perú, supuestamente porque ese punto hubiera sido suficiente para ir al repechaje. Me tocó recordarle que David fue el jugador que mejor rendimiento tuvo a lo largo de las Eliminatorias, que gracias a él se llegó con posibilidades a la última fecha.
Así es la humanidad. Tenemos que aprender como seres humanos de esta situación, comprender que los equipos son más que buenas individualidades, que el liderazgo es fundamental, que los proyectos no se puede improvisar y que las tareas fundamentales no se puede dejar para el final, como los malos estudiantes, que dejaban para los exámenes finales salvar el año escolar.
No celebro, porque siempre quiero ganar, pero siempre llamo a la tolerancia, a la serenidad y a entender que la condición humana pasa por esas situaciones de frustración y dolor. Se trata de aprender de todas las experiencias para ser cada día mejores seres humanos. Al fin y al cabo, el fútbol para la mayoría no es más que un entretenimiento.
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