
Durante el más reciente debate presidencial organizado por Blu Radio, los precandidatos del Centro Democrático dejaron clara su postura frente a uno de los temas más urgentes para el país: seguridad y paz. Coincidieron en su diagnóstico: la paz total del Gobierno Petro ha fracasado y ha dejado a las Fuerzas Militares en una encrucijada jurídica y operativa que, según ellos, favorece a los criminales y debilita al Estado.
La senadora Paola Holguín propuso una política de “seguridad integral” basada en prevención, control, represión y rehabilitación. Insistió en eliminar el reconocimiento político a grupos armados como el ELN y las disidencias de las FARC, y establecer un marco único de sometimiento a la justicia. También planteó recuperar el fuero militar y fortalecer la defensa jurídica de soldados y policías.

Por su parte, Andrés Guerra denunció la existencia de “11 polvorines” en el país y afirmó que los poderes mafiosos ayudaron a elegir a Gustavo Petro. Propuso una presencia estatal real, una justicia fortalecida y un liderazgo con “autoridad carismática” que recorra el país y recupere la institucionalidad.
Miguel Uribe, por su parte, prometió terminar con “la farsa de la paz total” y llevar a cabo una ofensiva estatal que presione el sometimiento de los grupos ilegales. Propuso reincorporar a miembros retirados de la fuerza pública, declarar el asesinato de policías como crimen de lesa humanidad y crear una póliza de defensa judicial financiada por el Estado para proteger jurídicamente a los uniformados.
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María Fernanda Cabal fue una de las más críticas: calificó el modelo actual como una “paz cocal” y denunció que Colombia tiene 300.000 hectáreas de coca produciendo hasta seis cosechas al año. Acusó al Acuerdo de La Habana de haber arrodillado el Estado ante el crimen y aseguró que “la paz no se negocia, se impone”. Pidió convertir la seguridad en una política de Estado, pactada con las Cortes y el Congreso, que permita erradicar sin depender de permisos de los cultivadores ilegales.
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Finalmente, Paloma Valencia señaló que la cocaína ya supera al petróleo como producto de exportación. Propuso atacar las finanzas ilegales a través de inteligencia financiera, erradicación forzosa de cultivos ilícitos y una estrategia dual de mano firme con el crimen y corazón grande con los campesinos, a quienes plantea convertir en socios del desarrollo rural.