En medio de la tragedia del bus que cobró la vida de 17 personas en vías de Antioquia, hay una historia de esperanza: David Rúa, uno de los sobrevivientes, contó cómo logró trepar una montaña de más de 40 metros para pedir ayuda y rescatar a sus compañeros. Ahora le dicen el “niño ángel” por su valentía, mientras recuerda con nostalgia a los fallecidos
11 días después de la graduación de 40 jóvenes como bachilleres de la Institución Educativa Liceo Antioqueño de Bello, pasó lo inesperado. El grupo vio sus vidas pasar por delante de sus ojos cuando se devolvían de su tan anhelada excursión desde Tolú, pues el bus en el que se transportaban cayó a un abismo de más de 40 metros de altura en jurisdicción del municipio de Segovia.
El accidente que ocurrió en la madrugada de este domingo sigue dejando un sinsabor entre familiares y amigos de los 16 estudiantes y el conductor fallecidos, viendo la magnitud del accidente que dejó el vehículo completamente destrozado, sin techo y con sus ocupantes debatiéndose entre la vida y la muerte.
David Rúa Vallejo, un estudiante sobreviviente de 18 años de edad, tiene algo más que lesiones físicas… en su mente está el recuerdo de sus compañeros heridos y fallecidos. él aún con dolor, sacó fuerzas hasta de donde no tenía, para subir el abismo y regresar a la carretera y pedir ayuda.
Rúa contó los momentos previos al suceso, donde todo era alegría tras la experiencia que vivieron en Tolú: "Hablando, riéndonos con la música y todo el mundo estaba muy feliz, todo el mundo estaba pues disfrutando de el regreso hacia Medellín, de que todo en nuestro paseo fue bastante bien y después que uno de estos se acabó pues cada uno se fue a su asiento a dormir y después de ahí pues cuando yo ya estaba en mi asiento que pude conciliar el sueño fue cuando pasó el accidente", señaló.
Ahora, ya recuperado y desde su casa con su familia, también rememoró el momento en el que, con los ojos cerrados, sintió un gran estruendo que terminó siendo el fatal momento de la caída del bus y en el que estar despierto le ayudó a reaccionar a tiempo. "Me despierto frente a un sonido y un temblor muy aterrador, empiezo a sentir el temblor en el bus muy grande y empiezo a escuchar algo super fuerte y en el momento en el que yo ya abro los ojos todo se empieza a levitar y en ese momento caigo en cuenta de que estamos cayendo a algún vacío, me acurruco, me junto con las piernas junto con el pecho y el torso y me meto como tipo debajo de la silla", afirmó
Al notar que estaba relativamente bien, decidió ayudar a sus compañeros, junto con otros dos estudiantes que aunque golpeados, tenían la esperanza de ayudar a los demás, en medio de un panorama cruel: heridos sobre árboles, personas debajo del bus, gritos y lamentos: "Hay algo que me impacta demasiado y es ver a la primera víctima fatal, quien no pude reconocer. En ese momento sentí que tenía que actuar inmediatamente, empezar a ayudar y a minimizar la mayor cantidad de posibles víctimas fatales. El verme a mí completamente bien, Dios me brindó la ayuda de que yo estoy bien. Saqué las fuerzas de no encuentro una explicación lógica de dónde", relató.
Hoy en día da gracias a dios por una segunda oportunidad. no se considera un ángel, sin embargo, en medio de la tragedia, él sí fue una esperanza para muchos que luchan por su vida en un hospital. "Siempre que ayudaba a alguien, terminaba exhausto y le pedía, por favor, señor, dame un poco más de tiempo, un poco más de fuerzas para poder seguir. Y así sucesivamente, fui subiendo hasta donde está una alcantarilla, una pared de treinta metros de altura, cuarenta metros de altura, y sentí como si hubiera perdido toda esperanza de sobrevivir, como si yo no podría hacer nada más. Pero, aun así, algo me decía que no me podía rendir, y que yo era la única esperanza de de que esos compañeros podían escapar de ahí", continúa.
Narró que escaló primero con ayuda de un tubo la montaña y luego aferrado se a arbustos y ramas… En el trayecto, oraba a dios pidiendo valentía. Cuando vio la carretera, duró una hora, pidiéndole ayuda a vehículos. nadie le paraba, lo que lo hacía entrar en más pánico. por ahora, aunque no busca culpables, el joven señaló que desde su estadía en el departamento de Sucre se evidenció que el vehículo no estaba del todo bien.
"El vehículo presentaba fallas desde antes de partir hacia Medellín, desde el hotel se reportaron fallas de batería, del aire y del motor, pero una vez resuelto todo esto, nos dieron luz verde de subir al vehículo y partir hacia la ciudad de Medellín. En el transcurso de este sentí que no arreglaron tampoco el aire, o sea que algo andaba mal también, no sentía el aire, el aire estaba totalmente apagado, o sea, no servía", concluyó.
Aunque perdió a sus amigos de colegio, saber que pudo hacer algo por ellos le da algo de aliento, aunque los recuerda con nostalgia. ahora en internet le llaman el 'niño ángel', por el coraje que tuvo para, en medio del caos, ayudar.