Con el paso de los días aumenta el drama humanitario de decenas de personas que han debido abandonar sus hogares en veredas como Doradas Altas y Tahamí del municipio de Tarazá por fuertes disputas entre el ELN y el Clan del Golfo.
La problemática que inició hace 13 días con la llegada de 42 personas al Coliseo Municipal, ya asciende a 136, según el más reciente reporte del alcalde Yomer Fabián Álvarez, quien destacó que sigue el panorama de incertidumbre para el retorno de esta población en la que hay varios menores de edad y 12 adultos mayores.
La posible presencia de artefactos explosivos en vías rurales complica la situación que incluso mantiene confinadas a varias comunidades con planes de abandonar sus territorios.
"Es incierta la situación. No sabemos hasta dónde podamos nosotros sostenerlos, atenderlos, y mucho más cuando hoy el Gobierno no nos acompañe. Es incierta hoy la situación de estas personas que están en el coliseo, porque cuando nos preguntan cuándo van a retornar, nosotros no tenemos una respuesta precisa", indicó.
El mandatario cuestionó la presencia de entidades del Gobierno nacional para atender la situación, pero al mismo tiempo pidió mayor presencia de la fuerza pública para hacer frente a la amenaza armada en un corredor estratégico ubicado en límites entre Tarazá, Valdivia, Cáceres y Anorí.
"Eso es un corredor estratégico durante mucho tiempo. Le hemos dicho al Gobierno nacional, al Ejército Nacional, que por favor, le preste atención, que llegue a este territorio, que tome el control, pero lastimosamente no podemos decir que no hay presencia del Ejército, pero no lo suficiente para tomar el control de un territorio tan amplio como es ese sector", detalló el alcalde.
Esta situación en el Bajo Cauca antioqueño se suma a la amenaza armada que persiste sobre varios municipios del Norte y Nordeste antioqueño por parte del frente 36 de las disidencias de las Farc ante recientes acciones ofensivas de la fuerza pública en las que han abatido al menos cuatro de sus cabecillas.