Una sentida despedida fue la que le otorgaron los conductores de la empresa Cooasoatlan a José Luis Chávez Ardila, quien en las últimas horas recibió cristiana sepultura en medio de una protesta pacífica que se dio a través de una ‘pitatón’ hasta el cementerio Jardines de la Eternidad (Puerto Colombia), en aras de pedir justicia por su reciente asesinato .
Y es que, aunque todavía entre las empresas de transporte público colectivo se percibe una tensa calma, producto de la zozobra que aún persiste por las recientes amenazas que han recibido para que accedan al pago de millonarias ‘vacunas’, la expectativa se centra en la captura del homicida, quien ya está plenamente identificado por parte de la Policía Metropolitana.
Los investigadores ya tienen en la mira a este sujeto, pues su rostro quedó grabado en cámaras de seguridad y sus fotos ya están circulando junto a una recompensa de hasta $ 40 millones de pesos por información que permita dar con su captura.
Así, el general Herbert Benavidez, comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla , afirmó que la captura de esta persona es prioridad para las autoridades. "Estamos presentando ante la comunidad las imágenes del autor material de este hecho. Queremos decirles que no escatimaremos en esfuerzos hasta tanto no logremos la captura de este delincuente".
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Inclusive, la información aportada por fuentes humanas ha permitido iniciar una serie de validaciones para determinar si este hombre sería el mismo que en agosto pasado le entregó un panfleto extorsivo a la empresa transportadora Lolaya y, tan solo unos días después, disparó contra un bus de esta misma compañía.
Como se recordará, la principal hipótesis en torno al asesinato de Chávez Ardila sería por extorsión, ya que el crimen de este conductor, de 51 años, ocurrió dos semanas después de que se conoció un panfleto, aparentemente firmado por el Clan del Golfo, en el que le dan un plazo de “24 horas” a la empresa Cooasatlan para que se comunique con el grupo armado y acceda a sus pretensiones económicas.
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