Muleros ya pueden moverse por la vía al Llano: a particulares les tocó tener paciencia
La habilitación parcial del corredor vial comenzó el 15 de septiembre, aunque no será para todos los automotores, pues tendrán prioridad los de carga pesada.
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El reciente derrumbe ha afectado la movilidad en la vía que conecta al Llano con Bogotá. Como estrategia para mitigar el impacto, se decidió abrir de manera paulatina la antigua carretera, lo que permitirá que los vehículos represados por los deslizamientos continúen con su recorrido, especialmente hacia la capital.
La habilitación parcial de este corredor vial comenzó el 15 de septiembre, aunque no será para todos los automotores. En esta primera fase tendrán prioridad los de carga pesada que permanecen represados, y no será hasta el próximo miércoles cuando se evaluará la posibilidad de habilitar el paso para todo tipo de vehículos.
De acuerdo con lo informado por Coviandina, ya finalizaron los trabajos de pavimentación, señalización vertical y horizontal, además de las pruebas y análisis del Plan de Manejo de Tráfico. Estos avances permiten que el tránsito inicie de manera gradual y controlada en la Vía al Llano.
La rehabilitación permitirá el paso alterno de camiones de hasta 52 toneladas de peso bruto, con un ancho máximo de 4 metros y una longitud de 21 metros en el caso de cargas extradimensionadas. Entre el lunes 15 y el martes 16 de septiembre, la vía estará dedicada exclusivamente a evacuar los vehículos represados en puntos estratégicos como Abasticos, El Uval y el anillo vial de Villavicencio.
Con esta medida se busca descongestionar la carretera y liberar espacio para el resto de usuarios en los próximos días. Asimismo, se pretende reducir el impacto económico que han tenido las demoras en el transporte de carga y alimentos hacia Bogotá y otras ciudades cercanas.
No obstante, los vehículos particulares deberán esperar hasta la llamada “Fase 2”, que dependerá del comportamiento de la operación. Según lo previsto, esta podría comenzar hacia finales de la semana, siempre y cuando no se registren nuevas emergencias.
Los vehículos varados corresponden en su mayoría a camiones de carga pesada de hasta 52 toneladas, que transportan alimentos perecederos, insumos agrícolas y ganaderos, así como materiales y mercancías para el comercio.
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Muchos de estos permanecieron represados en zonas como Corabastos, Villavicencio y corredores intermedios, lo que provocó largas filas y retrasos en la distribución. Esta situación generó un duro golpe económico, ya que gran parte de la carga era sensible a la temperatura y al tiempo de entrega, lo que agravó los daños en la cadena de suministro.
La reapertura gradual de la Vía al Llano representa, por tanto, un alivio para la economía de la región y una esperanza para los sectores productivos que dependen de esta conexión estratégica con Bogotá.