El drama detrás de ‘Laura’, la joven a la que masculinizaron sin su consentimiento en Cali
De acuerdo con el abogado, el diagnóstico fue apresurado, ya que los médicos deben confirmar que la inconformidad con el cuerpo es "permanente en el tiempo," algo que no se verificó.
Pedro Daniel Contreras, abogado de Laura y su familia, reveló en Mañanas Blu cómo la joven fue transicionada con hormonas y sometida a una cirugía de masculinización, a pesar de las graves comorbilidades psicológicas subyacentes y la ausencia de consentimiento informado por parte de sus padres.
Abuso y diagnóstico erróneo
La historia de Laura no comenzó con la disforia, sino con el abuso. Entre los 6 y 8 años, Laura fue abusada por la empleada de servicio de su casa. Ella guardó silencio sobre este trauma hasta los 15 años. Contreras explicó que este episodio se convirtió en el "motivador de la decisión de cambio de género". Laura desarrolló "miedo a convertirse en una mujer, con miedo a ver cómo se desarrollaba su cuerpo femenino".
Esta ansiedad se manifestó en episodios de depresión, ansiedad, autolesiones, y problemas con la alimentación. También consumió contenidos en redes sociales, específicamente en YouTube, donde "activistas trans" le sugerían que su cuerpo era incorrecto y debía cambiárselo.
Cuando los padres de Laura buscaron ayuda para el abuso y los síntomas, fueron remitidos a un equipo médico en la Clínica Valle de Lili. Este equipo, con el afán de establecer una futura clínica de género para niños, según denuncia el abogado, la diagnosticó con disforia en la primera consulta.
El abogado critica que se ignoró el abuso, la depresión, la ansiedad y las autolesiones. Además, el diagnóstico fue apresurado, ya que los médicos deben confirmar que la inconformidad con el cuerpo es "permanente en el tiempo," algo que no se verificó. El equipo médico decidió que "Lo que ella necesita es que le cambien de sexo".
Blu Radio - EFE
Foto: AFP
Intervención prematura y falta de consentimiento informado
La intervención fue catalogada como "irresponsable". Laura fue intervenida con testosterona antes de la edad permitida por protocolos médicos. En ese momento, la clínica de género no estaba aprobada, ni el equipo capacitado para transicionar niños.
Una de las revelaciones más sorprendentes es la ausencia del consentimiento informado. El abogado Contreras insistió que los padres le aseguraron: "Nosotros nunca firmamos un consentimiento informado. No nos lo dieron". A pesar de la alta reputación de la clínica, la defensa de Laura solicitó el documento tres veces sin éxito. El abogado enfatiza que para un procedimiento tan serio y con efectos "irreversibles," se requiere un consentimiento cualificado, escrito, que detalle los riesgos y los efectos adversos.
Consecuencias irreversibles
Durante el proceso, la salud mental de Laura nunca mejoró. Si bien ella llegó a Valle de Lili a los 15 años, a los 16 ya mostraba dudas sobre el diagnóstico, manifestando: "yo quiero tener hijos, quiero poder amamantarlos". El equipo médico, ante estas dudas, incluso llegó a usar bloqueadores de pubertad de manera no recomendada.
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La cirugía de masculinización pectoral (extirpación de los senos) fue realizada cuando Laura ya era mayor de edad (18 años), por fuera de Valle de Lili, pero con una "orden de los médicos". La familia pagó por la cirugía.
Médicos en cirugía
Foto: ImgFX, referencia
El arrepentimiento de Laura llegó "después de la cirugía" y nuevamente tuvieron que pagar la reconstrucción del mismo.
La transición dejó daños irreversibles. La masculinización pectoral, aunque fue reconstruida estéticamente, no es funcional. Además, el uso de testosterona causó vello facial, requiriendo tratamiento láser, y cambios en la voz y la cara.