Con bultos cargados de papa recién cosechada, los campesinos del corregimiento de Berlín llegaron este domingo al parque La Cigarra, en el sector Real de Minas de Bucaramanga, para realizar una “papatón” que se extenderá hasta las 5:00 de la tarde.
La jornada tiene como objetivo que los bumangueses compren papa directamente a los productores, desde una libra hasta un bulto, con el fin de que los agricultores recuperen parte del dinero invertido en sus cultivos y se genere conciencia sobre la importancia de consumir producto local.
Los paperos advierten que la crisis no es nueva, desde hace cinco años enfrentan pérdidas constantes que los han llevado a endeudarse con los bancos y a trabajar prácticamente a pérdida.
En Centroabastos, por ejemplo, dos bultos de papa se venden en 34.000 pesos, pero los costos de producción superan esa cifra. Un obrero cobra 4.000 pesos por arrancar cada bulto, más alimentación y pago de la jornada; el transporte suma 6.000 pesos y el costal 2.000 pesos.
“Con estos precios es imposible sostenernos. El producto de nosotros está demasiado a bajo costo, estamos trabajando a pérdida los campesinos del corregimiento de Berlín. Cuando vamos a vender la cosecha nos la pagan a muy bajo precio”, señaló Jesús Rojas, agricultor de la zona.
El panorama se agrava con la llegada de papa precocida importada, que se comercializa más barata y desplaza la producción nacional, mientras los campesinos locales no logran cubrir ni siquiera los costos básicos de la siembra y la cosecha.
De acuerdo con cifras de Fedepapa, en Colombia se producen alrededor de 2,5 millones de toneladas de papa al año en unas 112.975 hectáreas. Los principales departamentos productores son Cundinamarca, Boyacá, Nariño y Antioquia, mientras que Santander, aunque no está entre los primeros cuatro, es una de las regiones con mayor superficie sembrada.
Con la “papatón”, los agricultores de Berlín esperan no solo vender su producto a un precio más justo, sino también enviar un mensaje de resistencia y de llamado al consumo local. “Cada libra que se compra aquí es un respaldo para quienes trabajamos la tierra. Lo que necesitamos es que la gente recuerde que el campo vive si hay consumo de lo nuestro”, concluyeron los organizadores.