La historia de Stefanía Villamizar González, una niña de 10 años nacida en Bucaramanga y quien murió en julio de 2023 a causa de un extraño parásito que adquirió en una piscina de un hotel en la ciudad de Santa Marta, causó tanto impacto que el senador Santandereano Gustavo Moreno radicó este martes un proyecto de ley que lleva su nombre y que busca reforzar la actual ley 1209 de 2008 en la cual se establecen las normas de seguridad en piscinas.
“Hoy esta ley simplemente dice que una piscina debe tener una persona pendiente, una estructura alrededor de la piscina, un flotador para que una persona no se ahogue, pero no habla de la calidad del agua, que no esté contaminada, que cada cuanto le hicieron el último mantenimiento y muchos de acá somos conocedores que hay piscinas que la vacían a los cinco, siete o más años, simplemente le hacen un mantenimiento superficial, los jacuzzis son un caldo de cultivo para los microorganismos para los parásitos uno de estos adquirió a Estefanía”, manifestó el senador santandereano Gustavo Moreno.
Durante la radicación del proyecto estuvo presente Tatiana González, mamá de la pequeña Stefanía, quien le pidió el apoyo a los senadores para que este proyecto sea aprobado por el bien de toda la sociedad.
“Actualmente no es obligatorio que los sitios donde hay piscinas y jacuzzis realicen pruebas al agua para descartar la presencia de microorganismos y eso es lo que busca la ley que los controles sean permanentes, cada semana porque no sacamos nada con que los controles sean cada dos meses, vaciar las piscinas es importante porque hay piscinas que llevan 10 y 12 años sin vaciarlas y si percibimos el agua azul y clara está limpia y a veces no es así hay microorganismos que pueden causar la muerte como le ocurrió a mi hija”, expresó Tatiana.
Aunque inicialmente la causa de la muerte de Stefanía se dijo médicamente que correspondía a una meningitis, solo 45 días después de su muerte, por una autopsia que le realizaron se descubrió que su fallecimiento se dio por un parásito que adquirió en la piscina y un jacuzzi que subió por las fosas nasales y llegó al cerebro.
“Lo que hemos tratado es de transformar el dolor por la pérdida de nuestra hija en la búsqueda de soluciones y suplir esa falencia que actualmente tiene la ley de 2008 en donde solamente hay una protección a quienes usan las piscinas de un salvavidas y otros temas de seguridad, pero no se evidencian los altos riesgos por la presencia de microorganismos, bacterias y parásitos del cual fue víctima mi hija”, anotó la madre de Stefanía.