Dermatóloga revela los errores más comunes que comete a la hora de ducharse y no lo sabía
Un hábito diario que muchos consideran saludable podría estar perjudicando la piel sin que se den cuenta, según advierte una reconocida dermatóloga.
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Ducharse es una rutina diaria que la mayoría realiza casi de forma automática, sin prestar demasiada atención a los detalles. Sin embargo, especialistas en dermatología advierten que, más allá de la frecuencia, la forma en que se lleva a cabo esta práctica puede influir directamente en la salud de la piel.
Durante los últimos años, varios estudios y opiniones médicas han puesto en duda la necesidad de ducharse todos los días. Aunque culturalmente está muy arraigado como un hábito imprescindible, diversos profesionales han señalado que no siempre es necesario, e incluso podría ser contraproducente.
La piel posee una capa protectora natural compuesta por lípidos y microorganismos beneficiosos, que puede alterarse con duchas excesivas o incorrectas.
En este sentido, la dermatóloga Ana Molina explicó en el pódcast Mejor Que Ayer que una higiene adecuada no consiste en pasar más tiempo bajo el agua ni en usar grandes cantidades de jabón. Al contrario, se trata de realizar un baño que respete el equilibrio natural de la piel.
De hecho, hay errores muy comunes que muchas personas cometen sin saberlo y que podrían estar debilitando la barrera cutánea, exponiéndola a irritaciones, resequedad o incluso infecciones.
Aunque una ducha caliente puede ser reconfortante, el agua a altas temperaturas puede eliminar la capa lipídica natural de la piel, dejándola seca y propensa a irritaciones. La doctora Molina recomienda optar por agua tibia para preservar la hidratación y la función protectora de la piel.
La piel humana tiene un pH ligeramente ácido, alrededor de 5.5. Utilizar productos con un pH demasiado alcalino puede alterar la microbiota cutánea y eliminar aceites naturales esenciales. Es aconsejable elegir jabones que respeten el equilibrio natural de la piel.
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Las esponjas, especialmente las de materiales sintéticos, pueden acumular bacterias y dañar la piel al frotar con demasiada fuerza. La doctora Molina sugiere que es suficiente limpiar con las manos las áreas propensas a acumular suciedad, como axilas, genitales y pies.
Existe la creencia de que una mayor cantidad de espuma indica una limpieza más efectiva. Sin embargo, la espuma es simplemente aire y no determina la eficacia del producto. Es más importante considerar la composición del jabón y su compatibilidad con el tipo de piel.
Adoptar estos hábitos puede contribuir significativamente al bienestar de la piel, evitando problemas como sequedad, irritaciones y desequilibrios en la microbiota cutánea.