Impuesto a bebidas azucaradas prevendría ECV, diabetes y cáncer

Uno de los elementos más importantes de la reforma tributaria que se adelanta en el Congreso es el posible impuesto plurifásico a las bebidas azucaradas y cervezas. Esto quiere decir que no solamente se cobre un tributo a los empresarios en la fase de producción, sino también en la fase de comercialización de las bebidas.

Diversas reacciones ya se dieron de parte de varias empresas internacionales, como Coca Cola y Bavaria. La primera, incluso, amenazó con demandar al Estado argumentando inestabilidad jurídica.

Sin embargo, expertos en temas de salud pública señalan que un impuesto a las bebidas azucaradas es inaplazable por directivas y estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que concluyen que una carga tributaria a estos productos, al desincentivar su consumo, reduce los riesgos de contraer enfermedades cardiovasculares y otras como diabetes y cáncer.

Una de las organizaciones que ha tomado el liderazgo en el debate desde hace varios años es Educar Consumidores. Su directora, Isabel Cerón, afirma que debe haber un impuesto adicional al consumo que debe ser del 20%.

“Este es el consejo de la Organización Mundial de la Salud. El impuesto debe ser mucho más allá del plurifásico, es decir también deberíamos tener un impuesto al consumo de al menos el 20 %, porque eso ayudaría a reducir en un 32 % la ingesta de este tipo de bebidas”, dijo.

Agregó que hay estudios avalados de la OMS sobre los daños del consumo generalizado de las bebidas azucaradas, relacionadas con enfermedades cardiovasculares, cerebro vasculares, diabetes tipo 2 e incluso cáncer. “Sería muy conveniente que el país tome esta medida fiscal y otras sobre tabaco y comida chatarra”, concluyó.

Los comerciantes y empresarios han dicho que en el país existen alrededor de 450.000 tenderos que serían realmente los afectados, porque tendrían que elevar el precio de las bebidas para poder compensar, lo que haría que el consumo se reduzca sustancialmente.

En una columna publicada en la revista Portafolio en 2016, el entonces presidente de Fenalco y hoy ministro de Defensa, Guillermo Botero, defendió a los comerciantes del posible impuesto a las bebidas que se debatía en ese momento y citó el caso de México que aprobó el impuesto, según él, sin mayores efectos positivos en la salud pública.

“En términos de resultados para México el impuesto ha sido un total desastre. Afectó la industria, y sus ventas cayeron entre un 3 y un 4,3 %, perdieron alrededor de 10.800 empleos y los resultados en materia de salud pública son mínimos”, escribió Botero.

El Gobierno dijo que posiblemente solo se tramite la iniciativa con el impuesto plurifásico a las cervezas y no a las gaseosas, pero así las cosas sería difícil recaudar el cerca de billón de pesos que el Ministerio de Hacienda espera conseguir.

Además, según cifras del Ministerio de Salud, el país gasta 24 billones de pesos al año en tratamientos a enfermedades crónicas no transmisibles, algunas de ellas relacionadas con la obesidad y malos hábitos alimenticios, y otros cuatro billones de pesos en enfermedades producto del exceso de tabaco, para el que hasta ahora no se ha establecido impuesto adicional en la actual reforma.