La red social X, propiedad del empresario Elon Musk, recibió una multa histórica por parte de la Comisión Europea, que anunció una sanción de $120 millones de euros por incumplir varias disposiciones de la Ley de Servicios Digitales (DSA). Se trata de la primera vez que Bruselas aplica un castigo de esta magnitud bajo la normativa diseñada para regular el comportamiento de las plataformas digitales en territorio europeo, según informó Reuters este viernes.
La decisión llega tras dos años de investigación, periodo durante el cual los reguladores comunitarios evaluaron el funcionamiento interno de la plataforma y el modo en que gestiona la información que ofrece a los usuarios. El informe final concluyó que X habría implementado prácticas consideradas engañosas en la presentación de su conocida verificación azul, un distintivo que, según la investigación, podría inducir a confusión sobre la identidad y confiabilidad de las cuentas.
Además, la Comisión señaló la falta de claridad en el repositorio de anuncios que la plataforma está obligada a mantener bajo la DSA. Este archivo, que debería permitir conocer quién pauta publicidad, con qué objetivos y bajo qué segmentación, no cumplía con los estándares de transparencia requeridos. La investigación también determinó que la empresa se negó a facilitar el acceso a datos públicos a la comunidad investigadora, pese a que esta obligación está contemplada dentro del marco regulatorio para mejorar la vigilancia democrática y académica sobre el comportamiento de las grandes redes sociales.
En medio del anuncio, la comisaria europea de Tecnología, Henna Virkkunen, defendió la sanción afirmando que se trataba de una medida “proporcionada” frente a las infracciones detectadas. Virkkunen insistió en que la Ley de Servicios Digitales no busca limitar la expresión ni censurar contenidos, sino garantizar que las plataformas operen con responsabilidad y transparencia en un ecosistema digital cada vez más influyente.
Las críticas, sin embargo, no se hicieron esperar. Desde sectores políticos en Estados Unidos se ha acusado a la Unión Europea de emplear estas regulaciones para afectar a compañías tecnológicas norteamericanas. Bruselas rechaza estos señalamientos y sostiene que la DSA se aplica por igual a todas las plataformas que operan en el mercado europeo, sin importar su país de origen.
Con esta sanción, la UE deja claro que está dispuesta a hacer cumplir sus normas y a ejercer un control más estricto sobre las prácticas de las grandes empresas tecnológicas, en un intento por garantizar un entorno digital más seguro y transparente para los millones de usuarios europeos.