La enfermedad silenciosa que deteriora los riñones de colombianos que tienen este padecimiento
Muchos colombianos la padecen sin saberlo. Detectarla a tiempo puede marcar la diferencia entre vivir y sobrevivir.
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La enfermedad renal diabética (ERD) se ha convertido en una de las complicaciones más serias de la diabetes tipo 2.
En Colombia, afecta hasta el 50 % de los pacientes diabéticos y, en muchos casos, progresa de manera silenciosa hasta comprometer gravemente la función de los riñones. Su impacto no solo se mide en años de vida perdidos, sino también en los altos costos que representa para el sistema de salud.
De acuerdo con la Cuenta de Alto Costo, más de 2,1 millones de colombianos viven con diabetes, y una proporción importante de ellos desarrolla enfermedad renal.
Según Juan Sebastián Salcedo, director de Acceso y Asuntos Públicos para Bayer Andina, Centroamérica y Caribe, “la enfermedad renal diabética puede representar al año para Colombia aproximadamente 500.00 millones de pesos”.
El especialista advierte que la mayoría de tratamientos para estos pacientes —como la diálisis o el trasplante renal— se financian con cargo a la Unidad de Pago por Capitación (UPC), lo que significa que cada nuevo caso representa un peso adicional sobre la sostenibilidad del sistema. “Apuntar a evitar la progresión de la enfermedad y enfocarse en los costos evitados es clave para mejorar la cobertura con los mismos recursos”, explicó.
El panorama económico es contundente. La diálisis puede costar entre 28 y 32 millones de pesos al año por paciente, y en Colombia se estima que entre 40.000 y 50.000 personas requieren esta terapia o un trasplante renal.
“Estamos hablando de un costo enorme, pero más allá del impacto financiero, está la calidad de vida del paciente”, enfatiza Salcedo. “Si logramos una detección temprana, diagnóstico y seguimiento adecuados, podemos ralentizar la progresión de la enfermedad entre un 28 % y un 32 %, permitiendo que los pacientes vivan más y mejor”.
El nefrólogo Rodrigo Daza, médico internista con maestría en obesidad y diabetes, coincide en que la enfermedad renal crónica es “una condición altamente prevalente, con connotaciones epidémicas, pero tristemente olvidada”.
“La enfermedad no duele. No da síntomas al comienzo, y cuando aparecen, ya estamos en etapas avanzadas donde el tratamiento es menos eficaz”, explica Daza. Por eso insiste en la importancia de detectar a tiempo la enfermedad, especialmente en las personas con factores de riesgo como:
El diagnóstico es más sencillo de lo que muchos creen. Según el doctor Daza, “basta con medir la creatinina en sangre y la albúmina en orina. Son pruebas simples, rápidas y accesibles”.
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Estos exámenes permiten identificar alteraciones renales antes de que aparezcan los síntomas, abriendo la puerta a tratamientos tempranos que pueden frenar el deterioro de los riñones.
Tanto Daza como Salcedo coinciden en que prevenir es más rentable que tratar. Programas de nefroprotección, enfocados en educar a los pacientes, monitorear su salud renal y promover hábitos saludables, han demostrado optimizar recursos en un 89 % frente a la falta de intervención.
Entre las principales recomendaciones están:
La doctora Silvia Rey, asesora médica senior para temas cardiorrenales en Bayer, advierte que “la diabetes es el principal factor de riesgo para la enfermedad renal y la principal causa de falla en los riñones”. Detectar a tiempo los problemas renales puede reducir el riesgo de progresión de la enfermedad hasta en un 50 %.
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Cuidar los riñones es una responsabilidad compartida entre pacientes, médicos y el sistema de salud. No solo se trata de evitar terapias costosas, sino de preservar la vida y la productividad de miles de colombianos.
En palabras de Salcedo, “hablar de enfermedad renal diabética no es hablar solo de cifras, sino de personas. Cada diagnóstico temprano es una oportunidad para que un paciente siga trabajando, disfrutando de su familia y aportando al país”.