Reprimir las emociones afecta la salud física, advierte psicóloga
La psicóloga clínica y doctora en Ciencias Sociales Ana María Arias explicó cómo el cuerpo somatiza las situaciones emocionales que vivimos, siendo el 'positivismo tóxico' un referente para callar lo que sentimos.
En la más reciente emisión de Casa BLU de Blu Radio, la psicóloga clínica y doctora en Ciencias Sociales Ana María Arias abordó un tema tan profundo como cotidiano: la forma en que el cuerpo refleja lo que las emociones no pueden expresar.
Con más de 25 años de experiencia en consulta, Arias afirmó que “el cuerpo grita lo que el corazón no ha resuelto” y que muchas personas llegan a su consultorio luego de visitar múltiples especialistas sin obtener una explicación médica a sus dolencias.
Referencia depresión
Foto: ImageFx
“Es probable que ese origen no sea fisiológico ni orgánico, pero sí emocional. El cuerpo físico expresa lo que está alterado en el cuerpo emocional o mental”, explicó Arias.
Según la especialista, el cuerpo lleva la cuenta de todos los asuntos emocionales no resueltos: “Dime de qué te enfermas frecuentemente y te diré qué no has sanado”.
La experta enfatizó que las emociones reprimidas —como el enojo, el miedo o la tristeza— pueden manifestarse como migrañas, tensiones musculares, enfermedades digestivas o crisis de ansiedad.
Arias también alertó sobre los riesgos del “positivismo tóxico” y de las personas que nunca expresan sus emociones: “A mayor represión, mayor explosión. Las personas que aguantan todo suelen ser las que terminan con un infarto, una fibromialgia o una depresión profunda”.
Ansiedad /
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La psicóloga insistió en que hay que conectarse con las señales del cuerpo: ese hueco en el estómago tras una conversación difícil, la garganta cerrada ante lo que no se dice, o la tensión en los hombros después de una jornada emocionalmente exigente.
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Escuchar esas señales "permite prevenir enfermedades y comprender las necesidades emocionales no atendidas".
Entre las herramientas que recomienda están la escritura terapéutica, la respiración consciente, el mindfulness y las terapias corporales como el baile o el yoga, que ayudan a liberar tensiones y a reconectar mente y cuerpo.
“El cuerpo se enferma por acumulación. Si vamos descargando la tensión escribiendo, respirando o bailando, no tendrá que gritarnos para que le prestemos atención”, aseguró.
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Finalmente, Arias dejó un mensaje de esperanza:
“Siempre es posible sanar, sin importar la edad o el tiempo que llevemos cargando dolores. Mirar hacia adentro, escribir, hablar y pedir ayuda profesional nos devuelve la calma. El cuerpo no miente; solo espera que lo escuchemos”.