Carlos Julio Rincón Garzón, un hombre de 110 años de edad y residente en el municipio de Ocaña, fue vacunado contra el coronavirus en el hospital Emiro Quintero Cañizares de esa localidad en Norte de Santander.
Madrugó acompañado de su familia para acudir, quizás, a una de las citas más importantes de su vida, pues en los últimos 12 meses se mantuvo aislado para evitar contagiarse con este virus.
Este hombre, de estirpe campesina y nacido en la vereda Romeritos del municipio de Convención, zona del Catatumbo, es padre de 9 hijos y se mantiene lúcido y activo a pesar de su avanzada edad. El secreto, según él, ha sido llevar una vida recta, de la mano de Dios y con una buena alimentación y descanso.
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Tras recibir la vacuna dijo sentirse feliz, pues en su familia estaban esperando este momento para sentirse un poco más seguros y poder visitarlo sin descuidar algunos protocolos de bioseguridad.
"Desde que me dijeron que me iban a vacunar dije que si, sin temor. Me siento feliz y muy bien y doy gracias a Dios por este momento", agregó