A la hora de hablar sobre ahorrar dinero y mucho antes de que existieran los bancos, probablemente la primera imagen al pensar en una alcancía viene representada en forma de marranito, pero ¿por qué tienen forma de cerdo y no la de otro animal?
Son varias las teorías que suscitan alrededor del porqué, pues no es algo nuevo que las personas deseen acumular su dinero en cajas, frascos o vasijas, como lo demostraron diversas excavaciones realizadas en asentamientos griegos y romanos, donde encontraban estos objetos para guardar monedas.
Pero ¿cómo se transformaron aquellas vasijas en cerditos? La primera de las teorías nace durante la Edad Media gracias a la distorsión del lenguaje de la época.
Las personas de ese entonces utilizaban un material barato, de color anaranjado y similar a la arcilla, llamado “pygg”, término parecido a la palabra “pig”, que en español significa cerdo, en el que solían guardar su dinero. Las vasijas fueron bautizadas como “pygg jars” (jarras pygg, en inglés), su pronunciación era semejante a la del animal y, con el paso del tiempo, el nombre de la arcilla quedó en el olvido, transformándose al del cerdo.
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Otras teorías aseguran que los marranitos son animales sagrados. Esta versión se origina en China, durante la dinastía Qing, entre los siglos XVII y XX, debido a que este mamífero simboliza abundancia y riqueza.
El cerdo tiene un lugar en el horóscopo chino y, según la descripción, quienes nacen bajo su influencia, tienen modales y gustos lujosos. De ahí, el gusto por almacenar el dinero en alcancías diseñadas con esta forma.
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Una última respuesta proviene de Indonesia, país en donde varios museos tienen en sus vitrinas esculturas de cerdos, generalmente en arcilla, y en el que varios bancos escogieron jabalíes o cerdos salvajes como su símbolo.
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