¿Cómo es la vida de un niño superdotado?
Bruno Caruso es un niño argentino de 12 años que asiste a una escuela privada de su país. Le gusta el inglés y practica rugby pero se diferencia de...
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Bruno Caruso es un niño argentino de 12 años que asiste a una escuela privada de su país. Le gusta el inglés y practica rugby pero se diferencia de sus compañeros de clase por el hecho de tener lo que expertos califican como diversidad de talentos, es superdotado.
Bruno asiste a clases en un colegio común pues no está de acuerdo con que existan centros especializados para la formación de jóvenes superdotados. “No me siento bien con que exista este tipo de colegios pues no se acostumbra al niño a cómo les será el mundo real; si alguien es oprimido y lo sacamos del entorno en que es oprimido, no estamos solucionando nada. Lo importante es enseñar a los niños a hacerle contra a esa situación”, indica con un tono de voz que muchos consideran maduro para su edad.
“Yo igual estoy a favor del centro aparte del colegio, al que el niño superdotado asiste para que comparta con otros como él”, ese lugar especial para Bruno es la Fundación para la Evolución del Talento y la Creatividad (FETC) de Argentina, dirigida por María del Carmen Maggio, quien conoce las excepcionales capacidades de este niño desde hace 7 años.
¿Cómo enseñarle algo a un niño superdotado?
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María del Carmen tiene una dinámica pedagógica en su fundación basada en la exploración de la creatividad de los niños.
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“Hay distintos talleres, pues no es un colegio”, dice Maggio. “Al principio son evaluados con lo cual se averigua el cociente intelectual. Luego, cada chico elige los talleres a los que quiera asistir y con el paso del tiempo transitan por cada uno para que investiguen desde chicos y experimenten diferentes campos que puedan aprender”.
Indica también que al llegar a la etapa universitaria, los niños superdotados sienten una libertad que antes no experimentaron en el colegio, pues “un campus les da la oportunidad de cursar la carrera con la libertad y ritmo que quieran manejar en su vida”.
Sin embargo, advierte que desde su experiencia ha aprendido que una persona superdotada “tiene tanta agilidad para entender las cosas y estudiar, que al final pasan de una carrera a otra pues les cuesta encontrar algo que no los aburra”.
La vida académica de un joven con pluralidad de talentos
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La teoría de María del Carmen Maggio se refuerza con el testimonio de Bruno, quien se declara “feliz, por lo general. No con el sistema educativo ni otras cosas, pero sí feliz”.
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Bruno declara un interés particular en el inglés; “sin embargo, tristemente hay un límite en el colegio para el nivel al que puedo acceder”.
“Mi pasión es la filosofía, el cine y el diseño industrial, ya sé que son radicalmente diferentes, pero tengo interés en las tres. Aunque mi trabajo de ensueño es tener un monopolio mundial en alquileres de departamentos”, añade con aire de convicción en sus palabras.
Relaciones interpersonales
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“Frecuentemente me pasa que hablo con otros niños de mi edad y pronuncio una palabra que no conocen, me preguntan su significado. Así, por lo general puedo mantener una conversación”; esa es la realidad de la vida diaria de Bruno, quien afirma que conversar con niños de su edad no es entretenido pero lo puede hacer, siempre limitándose y poniendo especial empeño en cuidar el contenido y las palabras que usa en una charla.
Los deportes, como otras actividades, le interesan pero aclara que no le importa en absoluto el fútbol y “simplemente” le aburre mirar deportes pues no entiende cómo una actividad que es divertida practicar puede ser igualmente interesante limitándose a ser espectador.
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Sobre este punto, María del Carmen indica que a los niños superdotados “les cuesta mucho manejar su cuerpo físico, en todo caso cuando uno trata de llevarlos a que practiquen un deporte, eligen generalmente un deporte unitario. Es decir, tenis o natación, pues si ya les cuesta manejar su cuerpo también se les dificulta practicar un deporte en equipo”.
Diferencia entre superdotación y talento
Maggio asegura que un joven talentoso se identifica porque “no tiene tantos problemas pues ya está determinada su vocación”, en cambio un superdotado “tiene pluralidad de talentos y por lo mismo se aburre con facilidad”.
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Este ítem está relacionado con la medición del coeficiente intelectual de un ser humano, algo que se logra tras someterse a diversas pruebas.
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María del Carmen explica que una persona con coeficiente intelectual de entre 90 y 110 “se considera una persona normal; entre 110 y 130 tiene altas capacidades y por encima de 130 tenemos una superdotación. Sin embargo, esto solo indica el pensamiento matemático y el lingüístico verbal”.