Durante más de medio siglo, un hombre logró burlar a las autoridades haciéndose pasar por una persona con ceguera total.
Su farsa fue tan convincente que, durante 53 años, cobró una pensión por discapacidad sin levantar sospechas, acumulando más de un millón de euros en beneficios.
Solo un pequeño descuido bastó para que su engaño saliera a la luz y quedara al descubierto una de las estafas más prolongadas registradas en el sistema de salud.
El caso ocurrió en Vicenza, una ciudad del norte de Italia, donde el hombre —cuya identidad se mantiene bajo reserva— fue declarado ciego tras un accidente laboral en su juventud. Desde entonces, se mantuvo bajo esa condición médica que le garantizaba una pensión estatal.
Con el paso del tiempo, siguió recibiendo el dinero sin mostrar signos de mejora, pese a que en realidad no tenía ninguna limitación visual.
Las sospechas surgieron cuando las autoridades detectaron irregularidades en su historial médico y decidieron iniciar una investigación. Un equipo de la Guardia di Finanza lo puso bajo vigilancia y, durante dos meses, documentó su vida diaria.
Las grabaciones revelaron escenas que desmentían su supuesto padecimiento: el hombre realizaba labores en su jardín con herramientas afiladas, observaba los productos en las tiendas y se desplazaba con total normalidad por las calles de su vecindario.
Con las pruebas obtenidas, los agentes presentaron el caso ante la Fiscalía de Vicenza, que lo acusó de fraude contra el Estado.
La investigación determinó que, además de perder la pensión y los beneficios sociales, el hombre había obtenido más de 200.000 euros de forma ilícita solo en los últimos cinco años, el periodo legalmente revisable.
Aunque el proceso judicial aún continúa, el caso ha generado un amplio debate en Italia sobre la falta de controles en los subsidios por discapacidad. Lo que durante décadas fue una vida de aparente victimización terminó siendo un ejemplo insólito de cómo una mentira puede sostenerse durante medio siglo… hasta que la verdad se impone.